Posición saudita hacia El Líbano sigue siendo dura
Fuentes libanesas bien informadas dijeron a Al Mayadeen que Mikati espera que la comunicación entre Estados Unidos y Arabia Saudita no se refleje en la actitud negativa del príncipe heredero Mohammed bin Salman hacia el país, de modo que Riad pueda tomar la iniciativa para levantar la prohibición de importar mercancías libanesas y de que sus ciudadanos viajen al reino.
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Najib Mikati, primer ministro libanés, durante su reunión con el gabinete.
La posición saudita hacia El Líbano sigue siendo dura, ya que Riad no ha mostrado ningún cambio en su no interferencia y desvinculación negativa de la crisis libanesa después de la formación del gobierno encabezado por Najib Mikati, señalaron fuentes bien informadas en entrevista con Al Mayadeen.
Agregaron que el primer ministro libanés espera que la comunicación entre Estados Unidos y Arabia Saudita no se refleje en la actitud negativa del príncipe heredero Mohammed bin Salman hacia el país, de modo que el reino pueda tomar la iniciativa para levantar la prohibición de importar mercancías libanesas y de que los ciudadanos viajen al reino.
Sin embargo, la apuesta real de Mikati, según las fuentes, es “negociar con el Fondo Monetario Internacional y empezar a trabajar para solucionar las crisis que presionan a los libaneses (la de la electricidad, el alto costo del combustible, los servicios, los precios del transporte, la canasta básica, la disminución del poder adquisitivo y, lo más importante, la tranquilidad de la gente sobre el año escolar) para mitigar sus efectos, todo en cooperación con el Banco Central.
En cuanto a la visita del primer ministro a Francia y su reunión con el presidente Emmanuel Macron, las fuentes calificaron la misma de amistosa. Durante la cita, Mikati agradeció a Francia por su útil papel en el proceso de la formación del gobierno.
También expresaron su creencia de que El Líbano no recibirá un apoyo serio antes de las elecciones parlamentarias, cuyo calendario parece haberse decidido el 27 de marzo del próximo año.
Agregararon que los países interesados por El Líbano, incluidos Estados Unidos y Francia, han de convencerse de que el equilibrio de fuerzas políticas existente solo se puede cambiar mediante elecciones, y por ello las embajadas de los dos países trabajan para apoyar y animar a personalidades de la llamada sociedad civil a concurrir a las elecciones bajo el lema de confrontar las fuerzas del poder.
Por otro lado, dijeron que "desde ahora hasta que aparezcan los resultados de las elecciones parlamentarias, El Líbano recibirá cierta ayuda para mantener una relativa estabilidad. Entonces, de acuedo con el el mapa parlamentario que se produzca, estos países adoptarán su nueva posición hacia la crisis libanesa.
Además, explicaron que el actual gobierno libanés es para gestionar la crisis y las elecciones, y no podrá hacer milagros. La solución real, dijeron, requiere una decisión mayor que no existe en El Líbano. Añadieron que la fórmula libanesa todavía se está formando sobre la base de entendimientos internacionales y regionales que se cruzan con el nivel local.
Las fuentes apuntaron que al parecer la Resistencia libanesa seguirá buscando la ayuda de Irán, mientras Washington y Riad continúen presionando y estrangulando económicamene al país.
Indicaron que "este es un un juego de morderse los dedos que conoceremos su alcance después de las elecciones".