Pentágono concluye que hubo errores de ejecución en ataque con dron en Kabul
El teniente general Sami Said, inspector general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que la revisión había concluido que el ataque mortal había sido el resultado de "errores de ejecución combinados con sesgo de confirmación y fallas de comunicación".
Una investigación del Pentágono afirma que el ataque de un dron estadounidense que mató a diez civiles, entre ellos siete niños, en Kabul, la capital de Afganistán, a finales de agosto, no violó ninguna ley, incluidas las leyes de la guerra, y no fue causado por mala conducta o negligencia.
El teniente general Sami Said, inspector general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que la revisión había concluido que el ataque mortal había sido el resultado de "errores de ejecución combinados con sesgo de confirmación y fallas de comunicación."
"Fue un error honesto. Pero no se trata de una conducta criminal, sino de una conducta aleatoria, de una negligencia", señaló.
Indicó que las personas directamente involucradas en el ataque creían "genuinamente" que estaban apuntando a una amenaza inminente."
"El objetivo del ataque, el vehículo, su contenido y su ocupante, fueron evaluados genuinamente en ese momento como una amenaza inminente para las fuerzas estadounidenses y la misión en el aeropuerto internacional Hamid Karzai", sostuvo Said.
"La interpretación de los servicios de inteligencia resultó ser "lamentablemente inexacta", dijo Said.
El 29 de agosto, un misil estadounidense hizo blanco en una casa y un vehículo, matando a un inocente trabajador humanitario afgano junto con los miembros de su familia.
El Pentágono afirmó inicialmente que el ataque había apuntado a un terrorista del Daesh-K que suponía una amenaza inminente para las tropas estadounidenses en el aeropuerto de Kabul y que los muertos eran terroristas.
Sin embargo, algunos medios de comunicación informaron de que el ataque estadounidense con drones había tenido como objetivo a civiles. Aun así, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, calificó el ataque de "justo".
Tras una investigación preliminar, el Pentágono admitió el 17 de septiembre que el ataque había sido un "trágico error" y se comprometió a indemnizar a los familiares supervivientes.
Said explicó además que no había habido un punto de fallo ni una persona a la que culpar del error, y añadió que correspondería a los mandos tomar una decisión sobre las medidas de responsabilidad que deberían adoptarse, si es que se adoptan.
Según el teniente Said, la revisión del Pentágono fue entregada a la oficina del Secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin hace dos días.
Hasta el momento, nadie del ejército estadounidense ha rendido cuentas públicamente por el ataque mortal.
Por su parte, el congresista demócrata Adam Schiff, presidente del Comité Selecto Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que no estaba "convencido" de que el resumen de la revisión del Pentágono "ofreciera una verdadera rendición de cuentas", y añadió que el Comité de Inteligencia se reservaría el juicio hasta recibir el informe clasificado.
El informe real no se ha hecho público porque supuestamente contiene información secreta sobre los métodos que utiliza Estados Unidos para llevar a cabo estos ataques con aviones no tripulados.
Estados Unidos completó en agosto una caótica retirada de sus fuerzas de Afganistán, poniendo fin a una inútil aventura militar que ha durado 20 años.