¿Cuál era el objetivo de las conversaciones Biden-Xi Jinping?
El presidente Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping hablaron durante unas tres horas y media el lunes pasado, en una videoconferencia anunciada como la primera "cumbre virtual" entre los dos líderes desde la toma de posesión de Biden el 20 de enero.
Un editorial del Washington Post se pregunta cuál era el objetivo de estas conversaciones, dadas las marcadas y, en muchos aspectos, crecientes diferencias entre los dos países -sobre Taiwán, el comercio, los derechos humanos y la tecnología.
Biden, aludiendo al conflicto entre EE.UU. y China dijo “Parece ser nuestra responsabilidad como líderes de China y Estados Unidos", y agregó debemos "garantizar que la competencia entre nuestros países no se desvíe hacia el conflicto, ya sea intencionado o no, en lugar de la simple y llana competencia".
Más adelante dice el rotativo que, es la respuesta correcta. Una guerra abierta sería un desastre. Incluso una reedición de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética sería peor que el statu quo y, en términos prácticos, difícil de visualizar, dado el profundo enredo económico entre ambas partes.
Washington y Moscú se comunicaban, incluso en el punto más difícil de las relaciones. Por tanto, la conversación entre ambos líderes tiene valores aunque sean modestos o indirectos. Washington y Pekín están estudiando ahora la posibilidad de abrir un canal bilateral de control de armas, un medio potencial de frenar el arsenal nuclear chino, que se expande rápidamente, o al menos de establecer métodos para evitar una guerra accidental, señala el editorial.
Al día siguiente de la Cumbre, China accedió a que tres grandes periódicos -el Post, el Wall Street Journal y el New York Times- envíen a sus periodistas de vuelta a China, a cambio de que se restablezca el acceso a Estados Unidos de los medios estatales chinos que la administración Trump había restringido.
Y, sin embargo, todas las diferencias esenciales entre los dos países -dos sistemas, en realidad- permanecen. Xi puede sentir que una mejor atmósfera le interesa a corto plazo, ya que su país se prepara para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero, y mientras se prepara para la confirmación final de otro mandato de cinco años en noviembre de 2022.
El presidente chino advirtió a Biden que evitara "la demarcación ideológica, la división de campos y la confrontación de grupos", que son palabras claves para la política estadounidense, iniciada bajo la administración Trump y profundizada bajo el actual presidente, de contrarrestar a China en asociación con países del Indo-Pacífico como Japón, India y Australia.
Biden, por su parte, tiene razón al calificar las relaciones con China de "competición", aunque es menos probable que sea simple y directa que prolongada y arriesgada. Para gestionarla, Estados Unidos tendrá que dialogar a veces con su rival chino. Para prevalecer, tendrá que mantener la fe en sus aliados, concluye el Washington Post.