La ocupación israelí está bloqueando la entrada de piezas vitales necesarias para que los sistemas de agua y alcantarillado de la Franja de Gaza vuelvan a funcionar después que la infraestructura de la Franja quedara fuertemente destruida durante la guerra israelí de mayo de 2021 contra Gaza.

Las medidas de opresión israelíes han provocado el vertido al mar de aguas residuales parcialmente tratadas y el despilfarro de agua debido a las fugas en las tuberías, por no mencionar el aumento del riesgo de inundaciones debido a la escorrentía de las aguas pluviales.

Las medidas de "Israel" también están afectando a la calidad y la cantidad del agua potable depurada en instalaciones especiales.

Los habitantes de Gaza intentan superar el bloqueo israelí utilizando material improvisado, pero sus intentos son en vano, pues siguen produciéndose los mismos problemas.

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La empresa de suministro de agua de Gaza afirma que los retrasos de la ocupación israelí a la hora de conceder la aprobación para la entrada de los materiales se han prolongado inexplicablemente, ya que llevan esperando la aprobación desde que terminó la guerra en mayo. Mientras tanto, la ocupación israelí afirma que no hay retrasos.

Los funcionarios palestinos han rebatido las afirmaciones de la ocupación israelí, ya que un funcionario de la empresa de suministro de agua destacó que, antes de la guerra de mayo, los materiales solo esperaban entre siete y 30 días antes de obtener la aprobación, mientras que ahora necesitan entre dos y cinco meses.

Las infraestructuras de agua de Gaza tienen problemas, ya que casi 500 instalaciones de agua y alcantarillado sufren escasez de válvulas, filtros, bombas, tuberías y más equipos.

Una de las repercusiones del bloqueo unilateral israelí han sido las repetidas inundaciones en Khan Yunis debido a los equipos obsoletos de la estación de bombeo de aguas residuales de la ciudad.

La ocupación israelí ha estado agravando la situación de las aguas residuales en Gaza no sólo retrasando la entrada de equipos de sustitución, sino también prohibiendo la entrada de tuberías de acero con un diámetro superior a 1,5 pulgadas, a sabiendas de que las plantas de desalinización y tratamiento de aguas residuales requieren tuberías con un diámetro de entre dos y 10 pulgadas; por lo tanto, los trabajadores no pueden reparar las tuberías existentes dañadas durante la agresión de mayo a Gaza.

En definitiva, la Franja de Gaza está sometida a un estricto bloqueo por parte de la ocupación israelí, es objeto de frecuentes agresiones e incursiones y sufre las estrictas medidas que se le imponen por supuesta "seguridad" israelí, como la prohibición de las tuberías y los retrasos en la entrada de mercancías para su registro, todo lo cual es un pretexto para que la ocupación israelí refuerce su control sobre la Franja.