La realeza saudí puede interponerse en el camino de MBS hacia el trono
En un artículo de Middle East Eye, Al-Rasheed analiza las múltiples posibilidades de venganza contra MBS.
Después que la ausencia real del rey Salman se hiciera notar en los tabloides internacionales, se hizo cada vez más evidente que el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman se ha convertido en el líder de facto de Arabia Saudí, desafiando drásticamente los aspectos económicos y sociales del Reino.
Sin embargo, las políticas bajo su manto, que cambian la religión y la cultura en el Reino, pueden volver a perseguirlo después de que asuma el trono tras la marcha del rey Salman. Según un artículo publicado en el Middle East Eye por Madawi Al-Rasheed, la peor pesadilla de Bin Salman es la disidencia interna dentro de la Casa de Saud, ya que MBS, dentro de su reino, ha conseguido ganarse muchos enemigos.
Príncipes rivales fueron torturados y agredidos -algunos fueron colgados del techo, como el príncipe heredero Mohammad Bin Nayef-. Saad Al-Jabri, un antiguo oficial de la inteligencia saudí, que ahora está exiliado en Canadá, también reveló las intenciones de MBS de envenenar al rey Abdullah con un anillo envenenado.
La realeza saudí está marginada desde 2015. La realeza guarda silencio por ahora y teme por su vida. Sin embargo, no se sabe por cuánto tiempo será así.
Una rebelión "colectiva" no es un escenario probable, ya que la realeza se ha quedado "sin dientes", según el artículo de MEE. El artículo sostiene que no es lo mismo torturar a los periodistas que a los primos de la realeza: es posible que MBS no tenga una oposición política o un golpe de Estado contra él (los primos han perdido el poderío militar), sino que viva con el temor de ser asesinado.
El wahabismo en juego
Si todo lo demás falla, un ejército de wahabíes enfadados y con poco que perder puede suponer una gran amenaza potencial contra MBS. Dichos wahabíes han visto cómo se derrumbaba su imperio religioso, siendo la base ideológica y el respaldo de la fundación del Reino de Arabia Saudí. Se beneficiaron de los privilegios, los puestos de trabajo y el prestigio que trajo consigo la fundación del Estado.
Los wahabíes y la Casa de Saud eran "armoniosos" en sus mecanismos políticos, sin embargo, eso ya no es así. Lo que estaba destinado a que la población árabe sirviera a Dios y al Rey, ahora está pasando a servir sólo al Rey, ya que el Reino se aleja de la religión.
Supuestamente, MBS ha tratado de eliminar el wahabismo del ámbito social y político, recurriendo a festivales de música, exposiciones y otros entretenimientos para encubrir sus crímenes.
"Los wahabíes seguramente volverán con una venganza, y habrá sangre, ya que el renacimiento del fanatismo siempre llega como un diluvio violento. Pero esto dependerá de cómo respondan los jóvenes saudíes a sus frustraciones por la falta de empleo y oportunidades económicas, la alta inflación, el aumento de los impuestos y las dificultades financieras. Si sienten que no tienen interés en el nuevo reino, no tendrían nada que perder si pivotan hacia sus antiguos mentores wahabíes", escribió Al-Rasheed.
Con los muchos enemigos que se hizo MBS, el príncipe heredero, quizás, duerme con un ojo abierto.