La coalición saudí lidera una guerra furiosa: un banco de objetivos lleno de barrios civiles
La conducta de la coalición a través de sus masacres en todo Yemen puede resumir su mensaje a los yemeníes que es: no ganaremos la guerra, pero ustedes no vivirán para celebrar el triunfo.
Exitosamente se puede hacer una comparación entre los fracasos de "Israel" en su segunda guerra contra el Líbano en 2006 y el de la coalición saudí en su guerra contra Yemen desde 2015 hasta la actualidad.
Ambas guerras comenzaron prometiendo que en poco tiempo lograrían aplastar a un grupo de “rebeldes”, pero han terminado en un callejón sin salida de guerras abiertas a civiles e infraestructuras, y cerradas a “abordar” los dilemas de la guerra.
La doctrina de la decisión a través de ataques aéreos, adoptada por el exjefe del Estado Mayor israelí Dan Haltos en la operación de "peso cualitativo" contra la Resistencia en el Líbano, a pesar de no lograr su objetivo de destruir los misiles de largo y mediano alcance, ha representado una guía para la coalición saudí en su guerra contra Yemen.
Pero si "Israel" entendió que la guerra de la Resistencia libanesa comenzó después de que Tel Aviv declarara su fin, es decir, después de atacar los sitios incluidos en el banco de objetivos, como dice el comentarista político del diario Haaretz, Ben Caspit, Arabia Saudita aún no quiere admitir que su guerra terminó en pérdida real.
Los líderes israelíes necesitaron unos siete días (la primera fase de la guerra) después que Dan Haltos se pusiera en contacto con el ex primer ministro Ehud Olmert y declarara que sus fuerzas "ganaron la guerra", antes de descubrir que los misiles de la Resistencia pronto no dejarían de golpear las profundidades de los territorios ocupados.
Por lo tanto, se pueden encontrar declaraciones similares a las de Haltos un mes después del inicio de la "Tormenta Decisiva", cuando la coalición anunció la destrucción del 80% de las capacidades de misiles y armamento del movimiento Ansar Allah. Pero darse cuenta del fracaso del plan contra Yemen que supuestamente debía ser rápido y decisivo, tomó no siete días, sino siete años hasta el día de hoy.
Ha quedado claro hoy que la coalición saudí se encuentra en un atolladero similar al que se encantaraba la élite política israelí en 2006. Su generosidad en los tratos de armas británicos, estadounidenses y franceses, en la compra de lealtades políticas y tribales, en involucrar ejércitos árabes como el sudanés en una batalla que no le pertenece de ninguna manera, y en la construcción de milicias y otros apoyos... todo esto lo lleva a más bancarrotas.
Tras siete años de guerra, las fuerzas armadas yemeníes controlan amplias zonas, casi todas las gobernaciones de Marib, Al-Jawf, Al-Bayda, Hodeidah y Shabwa, mientras sus drones y misiles balísticos han llegado al corazón de los intereses económicos y militares de los países de la coalición (Riad, Abu Dhabi, Jeddah, Ras Al-Tanura). En cuanto a sus capacidades, variaron entre atacar a buques de guerra sitiados, derribar aviones de combate y reconocimiento, y destruir tanques y vehículos militares, en un momento en que las industrias militares yemeníes han logrado avances cualitativos sin precedentes.
Por otro lado, la coalición saudita registra más confusión en detener el avance de Ansar Allah y el ejército yemení. Meintras Riad ha gastado $ 63 mil millones en comprar armas estadounidenses desde el comienzo de la guerra contra Yemen con el fin de socavar a Ansar Allah, el dinero se despilfarra y las armas caen sobre estadios deportivos, establos de caballos y almacenes de armas vacías.
Sin embargo, se puede decir que una gran cantidad de bombas y misiles lanzados por la coalición alcanzaron sus objetivos. Desde mediados de la semana pasada, la coalición ha lanzado más de 100 ataques aéreos contra los barrios de la capital, que tienen una población de más de 4 millones, incluido el barrio libio, el edificio de la Cámara de Representantes, el barrio “Hospital 48”, los almacenes de alimentación del este de la ciudad, el aeropuerto internacional, el distrito histórico de Bab al-Yaman e incluso el principal basurero de la ciudad.
Mientras, los ataques aéreos que afectaron a Hodeidah y Saada en los últimos días, causaron decenas de muertos y heridos, y daños materiales a propiedades e infraestructuras, incluyendo aislar a Yemen del mundo digital después de atacar a la "Puerta Internacional de Telecomunicaciones e Internet", el único proveedor de internet en el país, para que esta nación entre, después de su bloqueo terrestre, marítimo y aéreo, en un asedio digital y oscuridad adicional.
Los fracasos militares se han convertido en una forma de limpieza étnica y genocidio por venganza. Esto no parece absurdo. Detrás de los ataques contra civiles se esconde una "racionalidad" similar con el fin de castigar a la tribu, una teoría similar a la estrategia de secar el lago si es imposible pescar los peces que tiene.
En conclusión, la conducta de la coalición a través de sus masacres en todo Yemen puede resumir su mensaje a los yemeníes que es: no ganaremos la guerra, pero ustedes no vivirán para celebrar el triunfo.