EE.UU. reconoce que campaña de máxima presión contra Irán ha demostrado ser un "abyecto fracaso"
En rueda de prensa celebrada este martes, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, aseguró que la anterior administración dejó un "terrible conjunto de opciones", entre ellas sus escaladas hacia la República Islámica.
La campaña de "máxima presión" contra Irán, iniciada por la administración Trump y mantenida por la administración Biden, ha sido un "abyecto fracaso. Todo lo que prometía, lo contrario terminó haciéndose realidad", dijo el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price.
El vocero aseguró que la anterior administración dejó un "terrible conjunto de opciones", entre ellas sus escaladas hacia la República Islámica.
Sostuvo que la administración Trump fracasó en lograr un "mejor acuerdo" con Irán, en contener la influencia regional de Irán, en detener el programa nuclear iraní y en reunir al mundo para imponer demandas maximalistas a Irán.
"En todas esas áreas, se produjo lo contrario", reiteró.
Trump lanzó en 2018 lo que llamó la política de máxima presión contra Irán después que sacara a EE.UU. del acuerdo multilateral de 2015 con Teherán, alegando que podía "conseguir un acuerdo mejor" que el alcanzado bajo su predecesor Barack Obama.
El expresidente estadounidense declaró que pretendía obligar a Irán a negociar un acuerdo que restringiera el programa de misiles balísticos de la República Islámica y su influencia en su propia región.
Irán se negó rotundamente a negociar un "acuerdo Trump" y rechazó sus reiterados llamamientos a mantener conversaciones a cualquier nivel. Mientras las tensiones se disparaban a los niveles más altos en décadas con el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos, Irán comenzó en 2019 a reducir sus obligaciones nucleares bajo el acuerdo según sus derechos contractuales.
"Heredamos un programa nuclear iraní que avanzaba al galope, que ha seguido avanzando al galope, y un programa nuclear iraní que no estaba sometido, por desgracia, al régimen de verificación y supervisión más estricto jamás negociado, y un régimen de verificación y supervisión que estaba funcionando, y de forma verificable: que funcionaba según el Departamento de Estado, que funcionaba según nuestra Comunidad de Inteligencia, que funcionaba según el OIEA, que funcionaba según nuestros aliados y socios", explicó Price.
"Así que habiendo heredado un conjunto de opciones muy difíciles y desafiantes -terribles, incluso-, hemos emprendido un camino que creemos que está en el interés de nuestra seguridad nacional, y que es un retorno mutuo al cumplimiento del acuero nuclear", añadió.
Las conversaciones multilaterales han estado en marcha durante casi diez meses durante la administración de Biden, que se había comprometido a volver a cumplir el acuerdo. A pesar de sus críticas a la campaña de "máxima presión fallida", Biden no sólo ha mantenido todas las sanciones impuestas bajo el mandato de Trump, sino que ha desencadenado otras nuevas.
Teherán ha seguido rechazando las negociaciones directas con Estados Unidos por su retirada unilateral del JCPOA y su negativa a eliminar sus sanciones ilegales.