La guerra contra Yemen, desde una perspectiva legal, no es tan legal
El Consejo de Seguridad de la ONU ha fallado a Yemen al facilitar la intervención extranjera en los asuntos internos del país y mostrar una clara inclinación hacia la agresión de la coalición liderada por Arabia Saudí.
El 21 de enero, la coalición liderada por Arabia Saudí cometió una nueva masacre al atacar la prisión central de Saada, en Yemen, dejando 91 mártires y 236 heridos.
La prisión demolida albergaba a más de dos mil residentes de Yemen y otros países y era un refugio para los africanos que cruzan desde Yemen a otras regiones.
La masacre se produjo después de que la coalición atacara la torre de telecomunicaciones de la ciudad de Hodeidah, provocando un apagón de Internet en Yemen.
El ministro de Sanidad del gobierno yemení de Saná, Taha Al-Mutawakkil, reveló que el proceso de entrega de los cuerpos de las víctimas de la masacre de la prisión de Saada a sus familias está en marcha.
Ahmed Mahat, jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yemen, declaró: "Este es el último de una larga lista de injustificables ataques aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Arabia Saudí en lugares como escuelas, hospitales, mercados, fiestas de boda y prisiones".
Las organizaciones humanitarias occidentales, encabezadas por el Consejo Noruego para los Refugiados, también denunciaron las masacres cometidas por la coalición dirigida por Arabia Saudí en Saada, Hodeidah y Saná.
Al-Mutawakkil también destacó que la coalición dirigida por Arabia Saudí cometió una serie de crímenes durante el mes de enero, que se cobraron brutalmente la vida de 150 civiles e hirieron a otros 350.
Siete años de agresión dirigida por Arabia Saudí contra Yemen se han cobrado la vida de 47 mil yemeníes, según el último balance del Ministerio de Sanidad.
El ministro de Sanidad declaró que el conjunto de crímenes cometidos por la coalición contra el pueblo yemení es una "vergüenza para las Naciones Unidas y sus organismos, además de para la comunidad internacional".
Como es habitual, la ONU dijo en un comunicado que el secretario general António Guterres "recuerda a todas las partes que los ataques dirigidos contra civiles e infraestructuras civiles están prohibidos por el derecho internacional humanitario".
Pero retrocedamos en el tiempo y observemos lo que animó a la coalición liderada por Arabia Saudí a exagerar sus masacres sobre Yemen.
Un poco de historia
Tras el levantamiento de 2011 que derrocó al ex presidente yemení Ali Abdullah Saleh, el entonces vicepresidente Abed Rabbo Mansur Hadi asumió el poder en 2012.
Según la Constitución yemení, en caso de que el puesto de presidente quede vacante, el vicepresidente asumirá temporalmente el cargo por un periodo que no exceda de 60 días, hasta que se celebren elecciones presidenciales.
En febrero de 2012, Hadi fue el único candidato en las elecciones presidenciales de dos años de duración que darían lugar a un diálogo entre los partidos políticos para un Yemen pacífico post-Ali Abdullah Saleh, libre de la injerencia de Arabia Saudí.
Sin embargo, una vez finalizado el periodo de dos años, los yemeníes han sufrido un deterioro de los problemas económicos y de seguridad, que el gobierno de Hadi no ha conseguido resolver.
En una revolución exitosa durante 2014-2015, liderada por el movimiento yemení Ansar Allah, Abed Rabbo Mansur Hadi presentó su dimisión en 2015, huyó a Adén y luego huyó a Riad, afirmando que seguía siendo el presidente "legítimo", anunciando que deshacía su dimisión.
Esto sumió a Yemen en "la peor crisis humanitaria del mundo", según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
El CSNU falla a Yemen
Según el Centro de Estudios Contrahegemónicos, el Consejo de Seguridad de la ONU ha "traicionado" a Yemen, al facilitar la intervención extranjera en los asuntos internos del país y mostrar una clara inclinación hacia la agresión de la coalición liderada por Arabia Saudí contra los yemeníes.
Desde el levantamiento yemení de 2011, el CSNU ha adoptado 17 resoluciones relativas a Yemen.
Al estudiar la guerra contra Yemen desde una perspectiva jurídica -de acuerdo con el derecho internacional-, el Centro señaló que el CSNU ha fomentado la agresión de 2015 a través de sus medidas represivas -como prohibiciones y sanciones- contra funcionarios yemeníes.
El 26 de marzo de 2015, Arabia Saudí anunció el lanzamiento de la agresión de la coalición a Yemen, alegando "defender y apoyar al gobierno legítimo de Yemen".
El Centro también acusó al CSNU de convertir un "enfrentamiento militar limitado en un conflicto internacional en el que participan decenas de países de varios continentes, pasando de ser un protector de la paz y la seguridad internacionales a un violador del derecho internacional".
Con sus resoluciones 2014 (2011), 2051 (2012) y 2140 (2014), el CSNU "allanó el camino para engañar a la comunidad internacional haciéndole creer que la situación en Yemen constituía una amenaza para la paz y la seguridad internacionales" sin siquiera aportar pruebas, añadió el Centro.
La Carta de la ONU prohíbe a los países interferir en los asuntos internos y externos de otros países, violar su soberanía y arrebatar el derecho de sus pueblos a la autodeterminación. La ironía es que el CSNU reconoció en su día que los hechos eran asuntos internos de Yemen, pero ahora sigue desorientando a la comunidad internacional, sucumbiendo a la presión ejercida por Occidente y el CCG.
Además, el CSNU hizo la vista gorda ante las violaciones del derecho internacional de la coalición liderada por Arabia Saudí y las masacres contra civiles que su propio Grupo de Expertos documentó.
En su informe de enero de 2021, el Grupo de Expertos del CSNU admitió indirectamente que las resoluciones arbitrarias del Consejo han contribuido a mantener la guerra en Yemen.
El informe del Grupo admitió que "la situación en Yemen ha seguido deteriorándose, con consecuencias devastadoras para la población civil. Tres factores principales están contribuyendo a la catástrofe: (a) el aprovechamiento económico por parte de todas las partes yemeníes, que afecta a la seguridad humana; (b) las continuas y generalizadas violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, con impunidad; y (c) la escalada de los combates y su impacto en la población civil, incluido el desplazamiento".
Intervención extranjera y venta de armas
Como resultado de las resoluciones y "preocupaciones" del CSNU y en medio del silencio internacional hacia la guerra en Yemen, países como Estados Unidos y Francia han facilitado las masacres de la coalición liderada por Arabia Saudí contra los yemeníes mediante la venta de armas, violando así los tratados y convenciones firmados.
Datos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, citados por Mint Press News (MPN), revelaron el continuo flujo de armas estadounidenses a Arabia Saudí desde el inicio de su agresión a Yemen.
La investigación mostró que desde marzo de 2015 se concluyeron contratos de armamento por un valor de unos 28 mil 400 millones de dólares, incluyendo una veintena de contratos aprobados por la administración del presidente Joe Biden este año, por un valor de mil 200 millones de dólares.
Arabia Saudí gastó unos 34 mil millones de dólares en armas de otras partes durante el mismo periodo. En consecuencia, las compras militares saudíes a fuentes y empresas estadounidenses se estiman en 63 mil millones de dólares desde su agresión a Yemen.
A principios de diciembre, el sitio web francés de investigación Disclose reveló que Francia entregó decenas de miles de armas a Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar durante el mandato del presidente François Hollande en 2016, a pesar de saber que serían utilizadas en la guerra contra Yemen.
El sitio web citó "documentos secretos de defensa" que "desde 2016, Francia ha permitido la entrega de unos 150 mil proyectiles" a dos de sus aliados del Golfo.
Al comentar la reciente masacre de la prisión de Saada, Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía para Oriente Medio y el Norte de África, subrayó que las "horribles imágenes que han salido de Yemen a pesar del apagón de Internet de cuatro días son un recordatorio espeluznante de quién está pagando el terrible precio de la lucrativa venta de armas de los Estados occidentales a Arabia Saudí y sus aliados de la coalición".
Maalouf instó a Estados Unidos y a otros Estados proveedores de armas a detener inmediatamente las transferencias de armas.
"Al suministrar a sabiendas los medios con los que la coalición liderada por Arabia Saudí (SLC) ha violado repetidamente los derechos humanos y el derecho humanitario internacional, Estados Unidos -junto con Reino Unido y Francia- comparte la responsabilidad de estas violaciones", añadió.
En vista de la guerra contra Yemen, los Estados proveedores de armas han violado el artículo 6 del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que prohíbe a los Estados transferir armas que vayan a ser utilizadas para cometer crímenes contra la humanidad.
Por su parte, la coalición atacó hospitales y almacenes de ayuda humanitaria e impuso un bloqueo aéreo y naval a Yemen, violando los artículos 9, 11, 14 y 18 del Protocolo Adicional II.
Sobre la base de las pruebas presentadas y desde una perspectiva muy jurídica, la guerra en curso contra Yemen es, a todas luces, ilegal, ya que viola todas las leyes internacionales y humanitarias e incumple todos los tratados y convenios firmados.