Migrantes africanos deportados en la era Trump sufrieron abusos a su regreso, según informe
Un informe de Human Rights Watch revela que los solicitantes de asilo cameruneses devueltos por la fuerza a su país sufrieron encarcelamientos, torturas y violaciones
Los solicitantes de asilo cameruneses deportados por la administración Trump sufrieron encarcelamientos, torturas y violaciones a su regreso, y muchos se vieron obligados a esconderse o a huir de nuevo del país, según informe .
En los últimos meses de la administración Trump, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) intensificó sus deportaciones de inmigrantes africanos, especialmente de cameruneses. Más de 80 de ellos fueron trasladados a Camerún solo en octubre y noviembre de 2020, en medio de acusaciones de abuso , en las que los detenidos por el ICE dijeron que fueron obligados a firmar o tomar las huellas dactilares de documentos que se cree que son renuncias a la deportación.
Las deportaciones se llevaron a cabo a pesar de las advertencias de abogados y grupos de derechos humanos de que los deportados estarían en peligro. Un informe de Human Rights Watch (HRW) publicado el jueves encontró que casi todos los deportados en 2019 y 2020 sufrieron represalias de algún tipo a su regreso a Camerún, desde violaciones y palizas, hasta detenciones y extorsiones, o simplemente la confiscación de sus documentos de identidad.
El informe de 149 páginas de HRW "'¿Cómo pueden hacernos retroceder?': solicitantes de asilo maltratados en Estados Unidos y deportados para hacerles daño en Camerún", dice que entre 2019 y 2021, las fuerzas de seguridad camerunesas detuvieron o encarcelaron al menos a 39 personas que habían sido deportadas por la administración Trump. Muchas de ellas fueron retenidas sin el debido proceso y en condiciones inhumanas, algunas en régimen de aislamiento.
HRW encontró 14 casos de abusos físicos, 13 por parte de las fuerzas de seguridad camerunesas y uno por parte de separatistas armados. Tres mujeres fueron violadas bajo custodia por "agentes del Estado" y otros detenidos fueron brutalmente golpeados durante los interrogatorios.
Todos los deportados habían huido de Camerún para escapar del conflicto, especialmente del trato brutal que el gobierno daba a los sospechosos de participar en el movimiento separatista. Devueltos a la fuerza, se les acusó además de haber dañado la reputación del país al solicitar asilo.
El informe de HRW constató que Ice no había "protegido los documentos de asilo confidenciales durante las deportaciones, lo que dio lugar a la confiscación de documentos y a aparentes represalias por parte de las autoridades camerunesas".