Siete años de carnicería en Yemen
Saná dice que los saudíes y sus aliados cometieron "crímenes de guerra sin precedentes".
El ministro de Asuntos Exteriores de Yemen, Hisham Sharaf, afirma que Arabia Saudí y sus aliados han cometido "crímenes de guerra sin precedentes" contra los yemeníes, incluidos intentos manifiestos de matarlos de hambre, mientras la comunidad internacional ha guardado silencio.
En un mensaje emitido el sábado para conmemorar el séptimo aniversario de la guerra liderada por Arabia Saudí contra Yemen, Sharaf afirmó que la coalición de guerra liderada por Arabia Saudí ha cometido crímenes de guerra sin precedentes contra los yemeníes durante siete años, en flagrante violación del derecho internacional humanitario, la Carta de las Naciones Unidas y los tratados y convenciones relacionados.
Afirmó que la campaña militar ha tratado de matar de hambre al pueblo yemení y de infligirle grandes sufrimientos impidiendo la entrada de camiones cisterna de combustible a través del puerto de Hudaydah, el cierre continuado del aeropuerto internacional de Saná y la manipulación de la moneda nacional yemení, informó el diario yemení Al Masirah.
"Con el paso de cada día de la agresión, queda claro que [la coalición] vino a destruir las capacidades y el tejido social de Yemen, a ocupar sus islas y puertos, a saquear sus riquezas, a intentar vulnerar la soberanía nacional y a robar" a los yemeníes la posibilidad de decidir su destino, dijo Sharaf en su mensaje, enviado a los ministros de Asuntos Exteriores de países de todo el mundo.
El canciller yemení también señaló que la coalición militar liderada por Arabia Saudí continúa con sus crímenes en Yemen debido al doble rasero de la comunidad internacional.
Iniciada a finales de marzo de 2015, la guerra contra Yemen tenía como objetivo aplastar al movimiento de resistencia Ansar Allah y reinstalar el antiguo régimen afín a Riad en el país más pobre de Oriente Medio en cuestión de semanas, pero Riad continuó la guerra tras fracasar miserablemente en sus objetivos.
La coalición liderada por Arabia Saudí, formada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y otros aliados regionales de Riad, ha estado utilizando principalmente los ataques aéreos para atacar zonas del interior de Yemen, incluidas las zonas residenciales de la capital, Saná, y otros lugares del país. La coalición ha recibido apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
Debido a la guerra y al asedio que la acompaña, Yemen se enfrenta ahora a la peor catástrofe provocada por el hombre en el mundo.
En los últimos meses, se han producido graves escaladas en la guerra, que sigue siendo asimétrica, ya que las fuerzas armadas yemeníes han impulsado y ampliado sus ataques de represalia, llevando la guerra a suelo saudí y emiratí. A su vez, Arabia Saudí ha lanzado rondas de ataques aéreos contra objetivos yemeníes y ha reforzado su asedio apoderándose en varias ocasiones de camiones cisterna de combustible yemeníes.
Las fuerzas armadas yemeníes escogieron el séptimo aniversario de la brutal guerra para lanzar nuevos ataques contra la estación de distribución de productos petrolíferos del gigante petrolero Aramco en Jeddah, provocando un incendio en dos tanques de almacenamiento. También asaltaron otros objetivos en lo que llamaron la tercera fase de la Operación Romper el Asedio.
Las tres fases de la operación se llevaron a cabo después de que los yemeníes concluyeran con éxito tres fases de la Operación Tormenta de Yemen contra Arabia Saudí y los EAU que también incluían ataques contra instalaciones de Aramco.