"Israel" tiende la mano a China, de nuevo
El rápido fortalecimiento de los lazos económicos entre "Israel" y China a lo largo de la última década ha sido revulsivo para Washington.
La llamada telefónica al Consejero de Estado y Ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, realizada el miércoles por el Primer Ministro suplente y Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yair Lapid, se suma -según una nota publicada en Indian Punchline.com- a los cambios tectónicos que se han producido últimamente en la geopolítica de Oriente Medio. Lapid se puso en contacto con China diez días después de la visita del Secretario de Estado estadounidense a "Israel".
La información china hace hincapié en la propuesta israelí, citando a Lapid como un fuerte argumento para que los dos países, que "se entienden y aprecian mutuamente", aprovechen su "fuerte capacidad de innovación" para "acelerar el proceso de modernización". Lapid declaró el interés de "Israel" por mantener estrechos intercambios de alto nivel y profundizar en la cooperación en diversos campos con China.
Wang Yi señaló el interés de China en "impulsar las relaciones bilaterales para conseguir continuamente nuevos logros con la cooperación innovadora como fuerza motriz clave". Los dos líderes acordaron acelerar la negociación y firma de un acuerdo de libre comercio.
Esta interacción apunta además a los vientos de cambio en la política exterior israelí, con el telón de fondo de la retirada de Estados Unidos de la región y el levantamiento de las sanciones estadounidenses contra Irán, que probablemente darán un vuelco al orden regional establecido.
La reciente mesa redonda de los principales diplomáticos de Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Egipto, celebrada el 28 de marzo en el desierto del Negev, al sur de "Israel", mostró un nuevo nivel de comodidad entre Tel Aviv y sus vecinos árabes. Curiosamente, Wang también tomó nota de que "Israel" está estableciendo "relaciones amistosas normales con los países de la región, lo que debería formar parte de la reconciliación general en Oriente Medio".
El rápido fortalecimiento de los lazos económicos entre "Israel" y China a lo largo de la última década ha sido un revulsivo para Washington. El ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu supo ciertamente salirse con la suya y hacer las cosas como quería. El año 2014 fue un punto de inflexión cuando Netanyahu decidió acelerar los acuerdos de cooperación tecnológica con China. Su visita de alto perfil a China en 2017 y su reunión con el presidente Xi Jinping y su acogida del vicepresidente chino Wang Qishan en "Israel" en 2018 crearon una nueva dinámica en la relación.
El punto álgido se alcanzó el pasado mes de septiembre, cuando se inauguró el primer puerto privado de "Israel" en Haifa, construido y operado por la empresa china gestionada por el gobierno Shanghai International Port Group [SPIG]. Hay grandes expectativas de que el puerto de la bahía de Haifa, de mil 700 millones de dólares, situado en la costa mediterránea de "Israel", permita el atraque de buques de carga de mayor tamaño, con 18 mil contenedores o más, e impulse la posición del país como centro comercial regional.
Segín Indian Punchline, "Israel" ha estado vendiendo sus puertos estatales y construyendo nuevos muelles privados en un esfuerzo por reducir los costes y los tiempos de espera de los buques para descargar. Esto es importante, ya que el 99 por ciento de las mercancías que entran y salen de Israel lo hacen por vía marítima y la mejora es fundamental para mantener el crecimiento económico.
Pero para el gobierno de Biden era demasiado que una empresa estatal china estableciera una presencia de 25 años en un puerto tan estratégico vigilando el tránsito de los buques de guerra de la Sexta Flota. Así que, para abreviar la historia, cuando el presidente Joe Biden abordó con Bennett la cuestión de las crecientes inversiones chinas en "Israel", incluso en alta tecnología, en su primera reunión en el Despacho Oval el pasado mes de agosto, este prometió, al parecer, examinar de cerca las inversiones chinas en "Israel". Bennett se puso manos a la obra y estipuló que todas las propuestas de inversión chinas requerían la autorización de su oficina y prometió mantener a Washington al corriente de cualquier acuerdo importante que se cerrara con empresas chinas.
Según un informe de Axios, con el fin de evitar que se exacerben las tensiones, "Israel" ha estado avisando a EE.UU. con antelación de las conversaciones de alto nivel que mantiene con China, como hizo antes de una reunión virtual en enero en la que el ministro de Asuntos Exteriores Lapid y el vicepresidente chino Wang Qishan acordaron un plan de tres años para la cooperación en economía, ciencia, I+D y tecnología.
Por su parte, China ha optado por tomarse las cosas con calma, posiblemente intuyendo que, en última instancia, la administración Biden se resistiría a enfrentarse a "Israel", cuya estabilidad es de crucial importancia, en particular, en un momento de fricción en la relación a causa del posible levantamiento de las sanciones estadounidenses contra Irán.
La agencia de noticias Xinhua había informado el pasado mes de noviembre de que el presidente Xi, en una conversación telefónica con su homólogo israelí, Isaac Herzog, con motivo del aniversario 30 del establecimiento de relaciones diplomáticas, subrayó la oportunidad de promover el desarrollo sostenido, sano y estable de la "asociación integral innovadora" China-"Israel".
En los últimos años, las empresas chinas han llevado a cabo importantes proyectos de infraestructuras y transporte en "Israel", como la adjudicación de las licitaciones para la construcción de nuevos puertos en Haifa y la ciudad meridional israelí de Ashdod, así como la construcción de un tramo clave del sistema de tren ligero de Tel Aviv.
Sin embargo, la tecnología innovadora se ha convertido en la palabra de moda (que es también lo que preocupa a Washington). China se siente atraída por la reputación de "Israel "como centro de innovación del mundo. Lo que China puede aportar a la ecuación es su gigantesca economía y su tremendo poder de fabricación, lo que hace que ambas partes sean muy complementarias. En la transformación de China como economía centrada en el desarrollo orientado a la calidad, Israel percibe oportunidades de negocio casi sin fisuras en campos como la agricultura moderna, los dispositivos médicos, la ciberseguridad y las ciudades inteligentes.
"Israel" tiene experiencia en caminar por la cuerda floja de las tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China, tratando de equilibrar sus intereses comerciales y de seguridad con las dos grandes potencias. Dicho esto, la separación de "Israel" de su comercio de tecnología comercial y de seguridad con China tampoco es una tarea fácil. Sobre todo porque el capital chino suele invertirse a través de fondos israelíes. Según los informes chinos, los Parques de Innovación China-"Israel" proporcionan una proximidad física para que las empresas israelíes obtengan fondos y colaboren con las empresas chinas en la investigación y el desarrollo industrial. Xi había dicho a Herzog en noviembre: "La innovación se ha convertido en un punto culminante e impulsor de las relaciones bilaterales".
China confía en la capacidad de "Israel" para llevar a cabo una política exterior independiente. Lo ideal sería que los países de Oriente Medio, incluido "Israel", siguieran también el camino de la ASEAN en su negativa a tomar partido en la rivalidad entre Estados Unidos y China.
La postura de "Israel" en el conflicto de Ucrania refuerza sin duda esta creencia. Visto a través del prisma de la teoría de la transición de poder, puede parecer que es inevitable que China se involucre cada vez más en Oriente Medio para proteger sus intereses económicos y establecer su propia esfera de influencia para socavar a Estados Unidos. Pero las diversas relaciones de China en la región ofrecen un panorama diferente.
En lugar de militarizar su enfoque regional para proteger sus crecientes intereses en la región, China está apostando por la creciente realidad de que el comportamiento y las estrategias de los propios actores regionales distan mucho de ser pasivos y una mínima implicación en las rivalidades regionales podría reportar rendimientos mucho más productivos cuando los países de la región ven a China como un "recurso sin explotar". La relación China-"Israel" previene contra la visión compulsiva de todo en términos de rivalidad entre Estados Unidos y China.