EE.UU.: el jugoso negocio del complejo militar
El complejo militar industrial de Estados Unidos y sus filiales gastaron en los últimos 20 años más de dos mil 600 millones de dólares en grupos de presión políticos, reveló la página Open Secrets.
El complejo militar industrial de Estados Unidos y sus filiales gastaron en los últimos 20 años más de dos mil 600 millones de dólares en grupos de presión políticos, reveló la página Open Secrets.
Conseguir hasta la mitad de un presupuesto del Pentágono que probablemente superará los 800 mil millones de dólares el próximo año hace que el esfuerzo merezca la pena, indicó un artículo que es parte de una investigación periodística sobre el impacto de la industria militar en la política y los conflictos mundiales.
“Los fabricantes estadounidenses ganan miles de millones con los contratos del gobierno federal que suministran armas al ejército más caro y bien armado del mundo, y miles de millones más vendiendo armas en el extranjero”, destacó el reporte.
En los últimos cinco años, Estados Unidos representó el 39 por ciento de las exportaciones mundiales de armas, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
De esas facturaciones, el 43 por ciento se dirigió a Medio Oriente, siendo el mayor receptor, Arabia Saudita, que recibió casi una cuarta parte de esas exportaciones.
Recordó el texto que, durante años, la coalición liderada por Arabia Saudita utilizó esas armas en una catastrófica guerra civil en Yemen que ya está en su octavo año.
La crisis humanitaria resultante en la empobrecida nación árabe cobró más de 100 mil vidas por el conflicto, la hambruna y las enfermedades, subrayó el material.
Pese a la promesa de campaña del presidente Joe Biden de poner fin al apoyo a la guerra liderada por Arabia Saudita en Yemen, su administración aprobó un contrato de 500 millones de dólares para el apoyo a la flota de helicópteros en septiembre y otro de 650 millones para misiles aire-aire en noviembre,argumentó el trabajo.
La congresista Ilhan Omar (representante demócrata de Minnesota) interpuso una resolución conjunta para bloquear esta última venta, que finalmente fue rechazada, y recientemente, un grupo bipartidista presentó una propuesta frenar ese comercio.
Desde el comienzo de 2021, la Casa Blanca aprobó al menos 650 millones de dólares en ventas de armas a Arabia Saudita y 23 millones de dólares a los Emiratos Árabes Unidos, señaló el reporte.
Las ventas de armas en el extranjero son un gran negocio, y los principales fabricantes que las impulsan han desarrollado una consistente y profunda influencia a través del dinero en la política, advirtió.
De ahí que la relación entre los altos cargos militares, el Congreso y los fabricantes de armas sea resultado de un beneficio mutuo, explicó el texto.
Alrededor de un tercio del presupuesto del Pentágono, que asciende a 740 mil millones de dólares para 2022, se dedica a la adquisición, investigación y desarrollo de armas, y los fabricantes estadounidenses entregan cada año decenas de miles de millones en ventas de estas al extranjero.
Desde que comenzó el conflicto de Yemen en 2015, se han utilizado en el país armas procedentes de la industria de Estados Unidos, principalmente bombas de los fabricantes Raytheon, Lockheed Martin y General Dynamics.
Esos tres conglomerados gastaron en conjunto 40,9 millones de dólares de los 117 millones que el sector de la defensa vertió en esfuerzos de cabildeo durante 2021.
Casi dos docenas de cabilderos registrados que presionaron al Pentágono o a la Casa Blanca en nombre de Lockheed Martin, Raytheon o General Dynamics desde el comienzo de la guerra también tienen empleos anteriores en las mismas agencias con las que contactaron para los gigantes del complejo militar, enfatizó.
Esas conexiones llegan hasta la cima. El exsecretario de Defensa Mark Esper pasó los siete años anteriores a ese cargo como lobista registrado para Raytheon.
El actual jefe del Pentágono, Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken, llegaron a la administración de Joe Biden desde la firma de inversiones Pine Island Capital Partners, compañía con sede en Washington, D.C., dedicada a la inversión en los sectores aeroespacial y de defensa.
Austin también se sentó 2020 en el consejo de Raytheon Technologies, uno de los contratistas de defensa militares más grandes de Estados Unidos.
El pasado año, WestExec Advisors, una consultora lanzada por Blinken y exfuncionarios de la administración de Barack Obama (2009-2017), anunció una asociación estratégica con Teneo, firma de asesoría global que ha ganado millones con los intereses de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.