En Filipinas cierran colegios electorales para elegir a presidente
Mientras votaban en el municipio de Buluan, en la isla sureña de Mindanao, un grupo no identificado disparó contra el recinto electoral.
Los colegios electorales en Filipinas cerraron ayer lunes, en una jornada que se vio ensombrecida por un ataque armado a un centro de votación, que dejó un saldo de al menos tres guardias muertos.
En algunos de los 412 mil colegios electorales en el archipiélago filipino se registraron problemas técnicos con el voto electrónico, pero se observó una participación nutrida a lo largo de la jornada.
Los colegios, que abrieron a las 6.00 hora local (22.00 GMT de ayer domingo), estuvieron abiertos unas trece horas para permitir el voto de unos 67 millones de filipinos registrados para elegir entre 10 candidatos a presidente y nueve a vicepresidente, así como 12 senadores, el Congreso y miles de cargos provinciales y locales.
Tras iniciar las votaciones en el municipio de Buluan, en la isla sureña de Mindanao, un grupo no identificado comenzó a disparar contra el recinto electoral. Esta zona sufre el actuar de varios agrupaciones armadas, pero ninguna ha reclamado la autoría del hecho hasta el momento.
La noticia del ataque fue confirmada por un representante de la oficina provincial de la Policía de Maguindanao, al sur de la isla, a medios internacionales.
Estos hechos violentos ocurren con regularidad en Filipinas, antes y durante los comicios, donde generalmente se enfrentan los intereses de los distintos clanes políticos que controlan el país.
Antes de iniciar la jornada electoral, pactada para las 06H00, hora local del lunes (22H00 GMT del domingo), otras nueve personas resultaron heridas en esta misma provincia tras ser víctimas de ataques con explosivos, según medios locales
Solo en 2009, 58 personas fallecieron en esta localidad, conocido como el peor hecho de violencia política en el país, pues un grupo armado relacionado con el clan político de los Ampatuan, uno de los caciques locales, atacó una caravana de una familia rival con el objetivo de impedir que se presentaran a elecciones locales.
De un total de 108 millones de filipinos, 67 millones están convocados para ejercer el sufragio con el objetivo de votar a quienes ocuparán la presidencia y vicepresidencia de los seis años venideros, además de los 12 asientos en el Senado, el Congreso, y otros cargos provinciales y municipales.
Los sondeos preelectorales dan ventaja insuperable al hijo del hombre fuerte (apodado Bongbong) derrocado en 1968 tras un levantamiento del poder popular respaldado por el Ejército, llamado Ferdinand Marcos Jr., de igual nombre que su padre.
Sin embargo, el contrincante más cercano es la vicepresidenta Leni Robredo, quien aprovechó la conmoción e indignación ante la posibilidad de que un Marcos se haga con la silla presidencial, para ganar terreno gracias a una red de voluntarios de campaña que respaldan su postulación.
Del resto de los aspirantes, destaca el alcalde de Manila, Isko Moreno, y el exjefe de la Policía Nacional, senador Panfilo Lacson. También se cuenta al excampeón mundial de boxeo, Manny Pacquiao.
El vencedor en los comicios sustituirá al actual presidente, Rodrigo Duterte, a partir del próximo 30 de junio y tendrá la misión de dirigir a una nación del sudeste asiático impactada por dos años de pandemia de coronavirus.