Urge reformar la justicia penal en Ecuador
Más de 44 personas murieron y más de una decena resultaron heridas en el último motín en el penal, ubicado en la norteña ciudad de Santo Domingo.
Los disturbios en la cárcel, se dice, fueron provocados por el traslado de un preso conocido como Anchundia, vinculado a la pandilla R7, desde la prisión de La Roca, en el suroeste, hasta el centro de Santo Domingo.
‘Incidentes preocupantes’
Este suceso marcó el último estallido de violencia en las cárceles del país sudamericano. Mientras, quince personas resultaron heridas en enfrentamientos entre presos de diferentes bandas en la cárcel El Inca de la capital, Quito, el 25 de abril.
Tres días antes, disturbios en el penal Esmeralda No. 2, ubicado en la costa norte, dejaron 12 internos heridos.
“Estos incidentes preocupantes destacan una vez más la necesidad urgente de una reforma integral del sistema de justicia penal, incluido el sistema penitenciario, para abordar lo que ha sido una crisis prolongada en el país”, dijo la Sra. Throssell a los periodistas en Ginebra.
Llamado a investigar
Desde diciembre de 2020 hasta mayo de 2022, al menos 390 personas han sido asesinadas en las cárceles de Ecuador, incluidos unos 20 reclusos en una prisión en el sur del país el 3 de abril, agregó.
“Hacemos hincapié en que la responsabilidad del Estado por la seguridad de todas las personas bajo su custodia crea una presunción de responsabilidad del Estado por estas muertes y llamamos a una investigación completa de estos incidentes”.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, había lanzado una política pública de rehabilitación social de los reclusos. El plan se había desarrollado con un importante apoyo técnico de la OACNUDH y en consulta con una gran muestra representativa de la sociedad ecuatoriana, incluidas las familias de los presos y los propios presos.
Hoja de ruta para la seguridad
El ACNUDH también instó al Gobierno a examinar detenidamente las recomendaciones de su informe de 2019 sobre los derechos humanos en la administración de justicia, cuyo objetivo es reducir la violencia, las muertes y las lesiones graves en detención.
También se instó a las autoridades a considerar una hoja de ruta propuesta por el ACNUDH y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) para garantizar la seguridad en las cárceles y garantizar una mejor gestión penitenciaria, incluso mediante la lucha contra la corrupción, entre otras medidas.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU continuará colaborando con otras agencias de la ONU mientras seguimos comprometidos a apoyar a Ecuador para enfrentar este desafío urgente, sobre la base de los derechos humanos y de acuerdo con las normas y estándares internacionales.