Los estadounidenses sienten cada vez más sobre sus economías los gastos de la cruzada contra Rusia
Los gastos para entrenamiento militar, intercambio de inteligencia y las transferencias de armas para atacar al ejército ruso, han aumentado a medida que la economía va en retroceso y se tema una recesión para 2023.
Los estadounidenses están cada vez más claros de que las acciones económicas y políticas de su gobierno para dañar a Rusia están en realidad infligiendo graves perjuicios a sus propias vidas.
Mientras, la Casa Blanca los gastos para entrenamiento militar, intercambio de inteligencia y las transferencias de armas para atacar al ejército ruso, han aumentado a medida que empeoran las condiciones económicas dentro de la nación estadounidense.
El 8 de marzo, el presidente Joe Biden, anunció la prohibición de las importaciones de petróleo y gas rusos “para infligir más dolor al presidente, Vladimir Putin”, pero que tales decisiones “costarían también a los Estados Unidos”.
En ese sentido, encuestas realizadas por The Associated Press y el NORC Center for Public Affairs Research, indican que, a pesar de la constante propaganda de odio hacia Rusia en los grandes medios de comunicación, la mayoría de los estadounidenses se oponen a dañar la economía estadounidense para avanzar en la cruzada contra Rusia que Biden y la mayoría de los miembros del Congreso de EE. UU. han estado impulsando.
El apoyo entre los encuestados para “sancionar a Rusia de la manera más efectiva posible, incluso si daña la economía de los EE. UU.” cayó del 55 por ciento el 22 de marzo, al 51 por ciento el 22 de abril. Hasta el 22 de mayo último había bajado al 45 por ciento.
Mientras tanto, el apoyo a la posición contraria de “limitar el daño a la economía de EE. UU., incluso si eso significa que las sanciones a Rusia son menos efectivas” aumentó cada mes del 42 al 51 por ciento.
Economía en retroceso
Los estadounidenses parecen ver cada vez más que luchar contra Rusia no vale la pena por el costo que Biden mencionó en su discurso del 8 de marzo.
Al respecto, el propio Ejecutivo de la Casa Blanca confirmó el retroceso de la economía durante los primeros tres meses del año, que cayó un 0,4 por ciento con respecto al trimestre anterior.
El frenazo de la economía en Estados Unidos este año, auspiciado por problemas tanto de oferta como de demanda, amenaza con una recesión en 2023, un escenario que no descartan ni los economistas ni el propio Gobierno estadounidense.
En términos interanuales, la caída fue del 1,5 por ciento, una décima por encima de lo inicialmente calculado, según la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés).
Estas cifras se dan después de que en 2021 se registrase un crecimiento de la economía del 5,7 por ciento, el mayor desde 1984, por lo que en parte deben relativizarse en un contexto de enfriamiento tras un período en que la economía crecía a un ritmo excepcional.