Inicia huelga general convocada por la Unión General Tunecina del Trabajo
Hasta tres millones de trabajadores podrían secundar la huelga, cerrando 159 organismos estatales y empresas públicas.
El principal sindicato de Túnez, la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), está llevando a cabo una amplia huelga del sector público este jueves para exigir aumentos salariales y concesiones en las reformas que se avecinan, aumentando la presión sobre el presidente tunecino Kais Saied.
Hasta tres millones de trabajadores podrían acatar la huelga, cerrando 159 organismos estatales y empresas públicas, provocando cancelaciones en los aeropuertos y paralizando el transporte público, el servicio postal y las empresas de servicios públicos.
En un comunicado el miércoles, el sindicato UGTT dijo que los trabajadores "harían esta huelga para defender sus derechos económicos y sociales tras las vacilaciones del gobierno ante sus legítimas reivindicaciones".
El ministro de Trabajo, Nasreddine Nsibi, dijo que el gobierno se reservaba el derecho de "requisar" a algunos trabajadores para permitir el funcionamiento de los servicios esenciales.
Aunque el sindicato insiste en que la huelga no es política, se produce en un momento en el que el presidente Kais Saied se enfrenta a intensas críticas por haber excluido a las fuerzas de la oposición de su "diálogo nacional", que forma parte de un impulso para reformar el Estado tunecino.
El presidente destituyó al gobierno y suspendió al parlamento elegido en julio del año pasado, antes de disolver la legislatura en marzo y destituir a 57 jueces por decreto a principios de este mes.
La UGTT fue invitada a participar en el diálogo nacional, pero se negó alegando que las fuerzas políticas clave no lo hacían. También argumentó que el proceso pretendía imponer "conclusiones decididas unilateralmente de antemano".
El sindicato había apoyado en un principio la decisión de Saied de disolver el gobierno y suspender el parlamento, pero se ha vuelto cada vez más crítico a medida que las medidas del presidente se extendían a otras instituciones oficiales.
Los tunecinos se enfrentan a una inflación galopante y la UGTT ha exigido un nuevo acuerdo para aumentar los salarios públicos, incluso con carácter retroactivo para el año pasado, a pesar de la profunda deuda pública.
Mientras sus opositores dicen que el sindicato ignora los profundos problemas financieros del país, la UGTT está aprovechando que el gobierno necesita su apoyo para acceder al rescate del FMI.
El gobierno ha presentado al prestamista mundial un plan de reformas que incluye la congelación de la masa salarial del sector público, el recorte progresivo de algunas subvenciones y la reestructuración de las empresas públicas.
Pero la UGTT, que ha advertido contra las "reformas dolorosas" destinadas a complacer al FMI, ha exigido garantías de que las empresas públicas de propiedad estatal no serán privatizadas.
A finales de mayo, la agencia de calificación Fitch dijo que las tensiones entre el sindicato y el gobierno amenazaban las negociaciones y advirtió que sería difícil sacar adelante las reformas sin el respaldo de la UGTT.
El sindicato se ha convertido en una parte muy activa y crucial en la vida política del país desde su fundación en 1946.