Detienen al capo Rafael Quintero, líder del Cartel de Caborca
El narcotraficante es buscado por EE.UU. para ser juzgado por el secuestro, tortura y asesinato en 1985 del agente encubierto de la DEA, Enrique 'Kiki' Camarena Salazar. Es uno de los 10 fugitivos más buscados por el FBI.
Funcionarios federales mexicanos confirmaron la detención del capo sinaloense, Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, y actualmente líder del llamado Cártel de Caborca.
El narcotraficante es buscado para ser juzgado por el secuestro, tortura y asesinato en 1985 del oficial de la Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA) Enrique 'Kiki' Camarena Salazar, un agente encubierto que operaba en México.
Caro Quintero fue detenido en un operativo en el municipio de Choix, Sinaloa, ayer. Inicialmente se había señalado que su aprehensión ocurrió en el municipio de Guachochi, Chihuahua.
En mayo de 2021, un tribunal colegiado confirmó que Rafael Caro Quintero puede ser extraditado a los Estados Unidos, luego de que este interpusiera diversos recursos contra su entrega a la justicia estadunidense.
El narco fue liberado el 9 de agosto de 2013 debido a un amparo que argumentaba errores en el procedimiento judicial, sentencia que luego fue revertida por la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien ordenó su reaprehensión. Desde entonces se encontraba prófugo.
Días después de su liberación, con base en una solicitud enviada por el gobierno de Estados Unidos, un juez federal libró una nueva orden de localización y detención contra Caro Quintero, esta vez con fines de extradición.
Desde agosto de 2013 se convirtió nuevamente en uno de los capos más buscados por las autoridades mexicanas, mientras que el gobierno de Estados Unidos durante más de 30 años no ha cejado en su pretensión de que el ex líder del cártel de Jalisco sea puesto a disposición de una corte en California, Estados Unidos, y sea juzgado por diversos delitos.
El tratado de extradición firmado entre México y Estados Unidos, establece que una vez que Caro Quintero sea detenido, Washington tendrá 60 días para formalizar su solicitud de extradición.
Asimismo, deberá entregar al juez que autorizó la aprehensión un expediente en el cual constarán los delitos que se le imputan y las pruebas que posee la autoridad que lo solicita.
Un juez mexicano deberá iniciar un proceso para determinar si es procedente la extradición, para lo que deberá revisar que no haya sido juzgado en territorio nacional por los delitos por los que es solicitado, y que no se le impongan castigos que incluyan cadena perpetua o pena de muerte.
Enrique 'Kiki' Camarena Salazar originario de Baja California, México, se convirtió en agente encubierto de la DEA, y con apoyo de Alfredo Zavala, piloto aviador que trabajaba para la Secretaría de Agricultura, descubrió el rancho El Búfalo, en el estado de Chihuahua, que tenía una extensión de mil hectáreas y en el que laboraban más de 700 jornaleros y se almacenaban más de 10 mil toneladas de mariguana.
Ese hallazgo provocó que los líderes del cártel de Guadalajara, organización en la cual Caro Quintero era uno de los jefes, ordenaran –según las investigaciones de la época– que el agente de la DEA y el piloto fueran privados de la libertad por los narcotraficantes, torturados y asesinados en la ciudad de Guadalajara, en febrero de 1985; sus cadáveres fueron descubiertos un mes después en el poblado de La Angostura, en Michoacán.
Caro Quintero huyó a Costa Rica, donde fue detenido en abril de 1985; desde entonces estuvo en prisión y se le iniciaron seis procedimientos penales.
La manera en que obtuvo su libertad se debió a que tribunales federales, con sede en Jalisco, sobreseyeron cuatro de los procesos penales contra el capo; es decir, dejaron sin efecto las sentencias impuestas en los juicios por delitos contra la salud y por los homicidios de cuatro personas, entre ellos los de Camarena Salazar y Alfredo Zavala, al considerar que había sido juzgado por una autoridad incompetente.
En otra de las causas se le absolvió, y en la sexta se le condenó a 15 años, y como ya había pasado más tiempo en prisión, salió libre del Reclusorio Preventivo Estatal, en Puente Grande, Jalisco.
Su caso se resolvió en el mismo tribunal que durante 15 años le concedió amparos directos que lograron llevarlo de cárceles de alta seguridad a una de mediana, resoluciones que también allanaron el camino para su liberación.