El gobierno de Pristina y sus patrocinadores en Bruselas y Washington deben detener sus provocaciones y respetar los derechos de los serbios étnicos en Kosovo, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova.

"La decisión de Pristina es irrazonable y discriminatoria. La sustitución forzosa de documentos personales es otro paso hacia la expulsión de la población serbia de Kosovo", señaló la vocera.

"El primer ministro Albin Kurti está intensificando la represión de manera deliberada para lanzar una represión armada, no solo contra los serbios en Kosovo sino también contra Belgrado, que Occidente quiere neutralizar utilizando a los albaneses como representantes", agregó.

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Los residentes serbios locales erigieron barricadas el domingo en tres puestos de control a lo largo de la línea administrativa, donde se desplegó la policía que respondía a Kurti para detener todos los vehículos con placas o documentos serbios. Hubo informes no confirmados de disparos y heridos entre los civiles.

Kurti afirmó que se trataba de igualdad de justicia y derecho en todos los territorios que reclama su gobierno.

Más temprano ese día, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que su país nunca había estado en una situación más compleja y difícil y que las autoridades de Pristina están tratando de explotar la situación actual en el mundo para iniciar un conflicto mientras se presentan como víctimas.

Kosovo fue ocupado por la OTAN en 1999, después de una guerra aérea de 78 días contra Yugoslavia. El gobierno de etnia albanesa en Pristina declaró la independencia en 2008, con el respaldo de Estados Unidos, pero no ha sido reconocido por Serbia, Rusia, China o la ONU.