"Israel" descuartiza la infancia en Gaza
Con los ojos del mundo puestos en otra parte, los padres de Gaza lloran a sus hijos asesinados a sangre fría por la maquinaria de guerra israelí.
Rasha Qadoom, una madre palestina, se aferra a la mochila rosa de su hija Alaa, de cinco años, que nunca más llevará en su pequeña espalda. Alaa fue la primera infante asesinada, entre los 16 menores masacrados, durante los tres días de brutal agresión israelí en la asediada Franja de Gaza.
"Era un viernes como cualquier otro", dijo Qadoom, de 27 años, recordando cómo Alaa había ido vestida con una camiseta rosa a juego con su mochila y con un lazo también rosa atado en el pelo.
"Estaba feliz, quería ir al parque con su tía. Cuando Alaa estaba llamando a la puerta de su tía, un misil cayó desde un avión de guerra israelí".
Con sus manos temblorosas, Qadoom sostiene los trapos manchados de sangre de la camiseta de Alaa, incapaz de comprender por qué han matado a su hija de cinco años.
"Nadie estaba armado en el barrio. En lugar de ir a jugar al parque, volvió a mí con la ropa llena de sangre", dice entre lágrimas.
"Israel", el asesino de los sueños
"Hemos perdido niños... todos sus sueños estaban en una mochila y un cuaderno", dijo la madre de Alaa.
El Ministerio de Sanidad de Gaza informó que 46 personas murieron en la agresión israelí, entre ellas 16 niños.
La casa de la familia Shamalagh también fue volada. Lo que queda es solo un agujero enorme.
Los restos de las vidas de las personas pueden verse asomando entre las losas de hormigón destrozadas: un frigorífico nuevo, un sofá aplastado por toneladas de hormigón y un juguete de peluche.
En la tierra se encontraron decenas de trozos de papel de un libro de texto de inglés.
Una página, una lección sobre la ciudad costera británica de St. Ives, asigna una tarea a los escolares del enclave bloqueado: "Piensa en tu lugar de vacaciones ideal".
En el edificio destrozado vivían 17 personas, incluidos niños, antes de los salvajes ataques aéreos israelíes.
Nadia Shamalagh, de 70 años, estaba sentada junto a las ruinas de su casa. Dijo que le costaba dormir incluso después que el alto el fuego mediado por Egipto entrara en vigor a última hora del domingo.
"No podía dormir, miraba al techo y pensaba 'ellos (Israel) van a atacar'. Todo el mundo estaba asustado, los niños no paraban de llorar", dijo.
Si no los mata "Israel", los niños de Gaza quedan traumatizados
En Gaza, el coste de la guerra para los niños afecta a todos, no solo a los que mueren o resultan heridos.
En la agresión israelí de mayo de 2021, la guerra de 11 días se saldó con el martirio de 66 niños, y los que quedaron vivos quedaron marcados por profundos traumas emocionales.
Una consecuencia casi silenciosa de la atroz guerra es su impacto en el bienestar mental y psicosocial de las personas que ya viven bajo la brutal ocupación israelí. Esto es especialmente cierto para los niños.
El 91 por ciento de los niños gazatíes sufrieron algún tipo de trauma, por no decir otra cosa, según un informe de Euro-Mediterranean Human Rights Monitor, una organización independiente sin ánimos de lucro con sede en Ginebra que el gobierno de ocupación israelí ilegalizó en 2016.
Lo que es una situación "normal" para muchos niños palestinos es un acontecimiento vital increíblemente estresante: la pérdida de un padre o un ser querido. Un acontecimiento vital tan grave supone un duro golpe emocional para el futuro del bienestar del niño.
A pesar de todo el dolor, la tristeza, el miedo y la pérdida, a esos niños les sigue gustando leer, dibujar, hacer deporte y divertirse con sus amigos. Siguen teniendo esperanzas y sueños de un futuro mejor en el que Palestina sea libre.