La Revolución Islámica representa una amenaza para el sistema imperial
El líder supremo iraní, Ali Khamenei, declaró que su país alcanzó la etapa de disuasión y superioridad militar, y los enemigos lo saben.
La Revolución Islámica no fue solo una pérdida política en un período específico de los poderes prepotentes, sino una amenaza para el sistema del imperio, declaró este miércoles el líder supremo iraní Sayyed Ali Khamenei.
Las declaraciones del ayatollah Khamenei se produjeron durante la conmemoración del aniversario 40 de la llamada Defensa Sagrada, guerra impuesta por el régimen baasista de Iraq que comenzó el 22 de septiembre de 1980 y se extendió hasta 1988.
El acto de homenaje se celebró en la Husseiniya del Imam Khomeini y en él participaron los líderes y pioneros de aquella epopeya y las familias de los mártires.
En su discurso, el máximo dirigente iraní destacó que el pueblo pudo frustrar todos los objetivos de la guerra impuesta por Estados Unidos.
“Los enemigos intentaron provocar muchos conflictos dentro de Irán después de la revolución, pero fracasaron, por lo que recurrieron a la guerra a través de Iraq”, recordó.
Khamenei también indicó que los propios documentos de Occidente confirman que la guerra de ocho años contra Irán tuvo un carácter internacional. “Hoy somos una lección para el resto de los pueblos y les decimos que lo alcanzado es el resultado de la resistencia”, subrayó.
También destacó que el sistema imperial intentó apoderarse de las tierras iraníes, poner de rodillas al pueblo y cambiar el destino de la República Islámica, pero también fracasó en ese empeño.
“Hemos alcanzado la etapa de disuasión y la superioridad militar, y los enemigos lo saben”, aseguró.
Al final de su intervención, Khamenei recordó que el logro principal en la guerra imperial fue la unidad del pueblo iraní en torno a los combatientes de la Defensa Sagrada.