Bin Salman busca cobertura legal al asumir como premier saudita
El decreto real por el que se nombra al príncipe saudita como primer ministro del país se produce pocos días antes de que se cumpla el plazo para que la administración Biden decida si el príncipe Mohammad puede gozar de inmunidad ante las demandas presentadas en los tribunales estadounidenses.
El nuevo título del príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MBS) como primer ministro, anunciado esta semana, puede ser más significativo fuera que dentro del reino, donde goza del máximo poder.
El decreto real se produce pocos días antes de que se cumpla el plazo para que EE.UU. decida si MBS puede gozar de inmunidad ante las demandas presentadas en los tribunales estadounidenses.
Según observadores, MBS tiene varias demandas en los últimos años, la que más suena es la que se sigue por el asesinato en 2018 del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado del reino en Estambul, que le valió el título de "paria" en Occidente, aunque de forma temporal.
En los documentos judiciales, sus abogados afirman que el hecho de estar en la cúspide del gobierno de Arabia Saudita le permite gozar de inmunidad legal.
Activistas de derechos humanos y críticos del gobierno especulan con que el nombramiento de MBS como primer ministro es un intento descarado de reforzar la reclamación de inmunidad y evitar las consecuencias legales.
La directora ejecutiva de la ONG que fundó Khashoggi, Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN), Sarah Leah Whitson, dijo a la AFP que se trataba de una "táctica de lavado de títulos".
Los funcionarios sauditas no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre la medida.
Dos años después de la muerte de Khashoggi, DAWN presentó en octubre de 2020 una denuncia en Estados Unidos en la que acusa a MBS de estar involucrado en una conspiración que llevó a Khashoggi a ser secuestrado, atado, drogado, torturado y asesinado.
El año pasado, Biden desclasificó un informe de inteligencia que reveló que el príncipe Mohammad aprobó la operación contra Khashoggi, algo que los funcionarios sauditas siguen negando.
Pero las amenazas legales a Bin Salman en los tribunales estadounidenses van más allá de Khashoggi.
También fue nombrado en una demanda presentada por Saad Al-Jabri, exalto funcionario de inteligencia que cayó en desgracia cuando MBS maniobró para llegar al trono en 2017.
En dicha denuncia, se le acusa de intentar atraer a Al-Jabri de vuelta a Arabia Saudita desde su exilio en Canadá, para luego "desplegar un escuadrón de asalto" para matarlo en suelo canadiense.
De acuerdo con informes, el complot no se realizó porque a los sicarios contratados no pudieron entrar a la nación norteamericana.
Por otro lado, la cuestión de la inmunidad llegó a su punto álgido este verano, cuando un juez estadounidense dio a la administración de Biden hasta el 1 de agosto para determinar si el príncipe Mohammad tenía derecho a la inmunidad o no.
Después que Biden visitara Arabia Saudita en julio, su administración solicitó un plazo adicional de 60 días para decidir, y se cumple a más tardar el próximo lunes.
Para algunos medios de prensa, no está claro si el hecho de convertirse en primer ministro reforzará la reclamación de inmunidad de Bin Salman, dado que el rey Salman sigue siendo el rey de Arabia Saudita.