Denuncian abuso de menores en cárceles de EE.UU.
Los niños sufren repetidos actos de violencia física, agresión sexual y tormento psicológico, reveló una investigación.
La polémica sobre la encarcelación de jóvenes menores de edad en Estados Unidos, gana en intensidad tras la publicación de reportajes e investigaciones que revelan los maltratos recibidos por adolescentes en las penitenciarías de esa nación.
En Ware, uno de los centros de detención juvenil más grandes de Luisiana, por ejemplo, hubo al menos 64 intentos de suicidio de 2019 a 2020, la tasa más alta con respecto a otro sitio similar en el territorio.
Lo que sucede allí pone de relieve la desesperación generalizada entre los niños debido a los repetidos actos de violencia física, agresión sexual y tormento psicológico, según una investigación de The New York Times y de la Universidad de California, Berkeley.
De acuerdo con la fuente, los administradores de esa institución durante años omiten las denuncias de abuso, contratan empleados no calificados y incumplen las normas estatales.
Para la investigación realizaron más de 100 entrevistas a detenidos, miembros del personal y revisaron miles de páginas de registros y documentos.
Todo ello reveló que los guardias golpearon y estrangularon a quienes supuestamente debían proteger.
Algunos de ellos, apuntó el texto, obligaron a los niños a soportar abusos sexuales como precio para realizar llamadas telefónicas, y con frecuencia mantuvieron el control sobornándolos con comida para que agredieran a otros internos.
Año tras año, la oficina del alguacil realizó investigaciones superficiales, a veces sin entrevistar a testigos clave o rechazando de plano las acusaciones de menores de edad a quienes consideraban criminales incorregibles, argumentó el reportaje.
Las revelaciones coincidió con la denuncia realizada por el sitio Daily Beast sobre el traslado de jóvenes de Luisiana a una de las prisiones para adultos más notorias de EE.UU..
En esa penitenciaría del estado, conocida como Angola, someten a jóvenes a condiciones tan amenazantes para su salud y seguridad que constituye un castigo, no una rehabilitación, y viola sus derechos constitucionales, expuso el reporte.
Angola es la prisión de máxima seguridad para adultos más grande del país, y posee una larga y preocupante historia de anarquía y abusos, remarcó.
Según el sitio Childsafety, aproximadamente 10 mil menores de 18 años están recluidos en cárceles y prisiones destinadas a delincuentes adultos, donde tienen 36 veces más probabilidades de suicidarse y cinco veces más probabilidades de ser agredidos sexualmente.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles refiere por su parte que casi 60 mil jóvenes menores de 18 años permanecen en prisiones juveniles en Estados Unidos.