Experto en defensa de EE.UU. advierte peligros del conflicto ucraniano
Uno de los llamados "tanques pensantes" estadounidenses, el especialista en defensa y política del Instituto Cato explica la complicada situación creada por Washington y sus aliados occidentales con la creciente ayuda militar y financiera a Kiev y alerta sobre la necesidad de no provocar ni acorralar a Rusia por las consecuencias que traería.
La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) realizan un juego muy peligroso al aumentar su ayuda a Ucrania en un conflicto cada vez más destructivo, advirtió Ted Galen Carpenter, experto en estudios de defensa y política exterior del Instituto Cato.
Galen, considerado uno de los llamados “tanques pensantes” de la política estadounidense escribió en el sitio https://www.cato.org una aproximación al “falso (y peligroso) estatus de no beligerancia de la OTAN respecto a la guerra de Ucrania”, donde detalló el riesgo que representan Washington y la alianza en su intento de acorralar a Rusia.
Los líderes de la Casa Blanca y sus aliados mediáticos fomentan numerosos mitos sobre la guerra en Ucrania. Uno es que la operación militar de Moscú en febrero de 2022 no fue provocada en absoluto, ya que la expansión de la OTAN hasta la frontera rusa no fue un acto hostil (falso). La otra fábula señala a kiev como una democracia amante de la libertad, enumeró el autor de trece libros y más de mil 100 artículos sobre asuntos internacionales.
El fracaso en sostener una Ucrania "democrática" pondría en peligro todo el "orden internacional basado en reglas". Es muy probable que los funcionarios tanto de EE.UU como de la alianza no crean ni una palabra de esos argumentos, incluso cuando hacen circular esa propaganda, opinó.
A criterio del experto, sí parecen suscribir otro mito más peligroso: que pueden proporcionar cantidades cada vez mayores de ayuda financiera y armamento más potente sin convertirse en partes activas en la guerra.
La última novedad es el compromiso de Estados Unidos y Alemania de enviar carros de combate pesados (Abrams y Leopard 2) a Kiev, una medida que los halcones llevaban semanas defendiendo, subrayó.
Sobre la implicación en la guerra, el especialista advirtió es otra provocación temeraria hacia Rusia.
Se equivocan los que piensan conseguir una réplica en Ucrania de la estrategia que Washington utilizó en Afganistán, al proporcionar ayuda militar a los muyahidines rebeldes para hostigar, desangrar y, finalmente, obligar a la Unión Soviética a retirarse, manifestó.
Por tanto, es poco probable que el Kremlin tolere la humillación de perder la guerra. Desde las sorprendentes ganancias territoriales de Ucrania en su ofensiva de otoño, Rusia se centró en destruir las infraestructuras de ese país, lo que agrega más puntos a la idea de que es improbable para Kiev ganar esta nueva batalla de desgaste por sí sola, añadió.
El especialista indicó que la arriesgada escalada de su ayuda militar a la nación eslava sugiere que los líderes occidentales pueden haber llegado a una conclusión similar, y decidieron no sacrificar a su peón.
El analista expresó que los dirigentes estadounidenses y de la alianza militar parecen ajenos al peligro de que el gobierno ruso decida en algún momento que ya no puede tolerar que la OTAN sea un participante no oficial en la guerra.
Dmitri Medvédev, principal asesor de Vladímir Putin desde hace mucho tiempo, afirmó que la OTAN está en guerra con Rusia, señaló.
Pregunta Galen, ¿Y si la creencia generalizada en Occidente de que Rusia seguirá tolerando indefinidamente que la OTAN suministre armas cada vez más potentes al enemigo de Moscú resulta errónea?.
Al respecto, subrayó, el símbolo nacional de Rusia es el oso, es peligroso. Acorralado es especialmente peligroso. Los responsables políticos occidentales harían bien en recordar este punto antes de arrinconar al gobierno moscovita en la guerra de Ucrania.