Knesset israelí aprueba proyecto para ejecutar prisioneros palestinos
En primera lectura, 55 miembros del legislativo sionista votaron a favor y solo nueve están en contra de esta legislación y otra que impediría al poder judicial destituir al primer ministro, Benjamín Netanyahu.
La Knesset, órgano unicameral israelí, aprobó en primera lectura un proyecto de ley para ejecutar a prisioneros palestinos acusados de asesinar a colonos.
Un total de 55 miembros votaron a favor y solo nueve en contra de la legislación que no se aplicaría si un ciudadano israelí mata a un palestino.
La normativa, de la autoría del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, obliga a los tribunales imponer la pena de muerte a cualquier persona que cometa un delito de homicidio con motivo racista bajo el objetivo de dañar a "Israel".
El domingo pasado, el Comité Ministerial para Asuntos Legislativos aprobó el proyecto de ley, a pesar de la oposición de los servicios de seguridad israelíes y de la asesora judicial del gobierno, Ghali Bharav Mayara.
La pena de muerte no es un elemento disuasorio, afirmó Mayara y recomendó discutir sobre la legislación en el gabinete de asuntos políticos y de seguridad.
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Este castigo es la más grave posible violación de los derechos humanos y va contra las normas internacionales dictadas en ese sentido, agregó.
Representantes del servicio de seguridad sionistas, Shin Bet, adoptaron posiciones similares en el pasado sobre proyectos de leyes destinados al mismo fin.
La medida llega en medio del incremento de las operaciones de los comandos palestinos, en respuesta a los ataques y violaciones de la ocupación contra el pueblo.
Ley para evitar la destitución de Benjamín Netanyahu
La Knesset también aprobó en lectura preliminar otro proyecto para restringir la capacidad del fiscal general o el Tribunal Superior de Justicia para declarar al primer ministro, Benjamín Netanyahu, no apto para el cargo.
La iniciativa sucede un mes después de la decisión de la alta corte de tratar una petición de la asesora judicial para impedir al actual gobernante presidir reformas legales y judiciales de gran alcance, mientras sobre él pesan cargos por corrupción.
Para entrar en ambas leyes debe ratificarse en numerosos debates en la Knesset y sus subcomités.
No obstante, estas votaciones son una señal de la determinación de la coalición de seguir adelante.
Las decisiones sobre las polémicas enmiendas tienen lugar a la luz de masivas protestas contra las legislaciones y la gestión del Ejecutivo ocupante.