Retórica antiraní de Netanyahu devela objetivos compartidos
El primer ministro Benjamín Netanyahu emitió una desquiciada, irracional e incesante retórica antiraní en entrevista concedida a Iran International para desviar la atención del creciente levantamiento contra su régimen.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en entrevista concedida al medio saudita Iran International –conocida como la “televisión del terror”– emitió su desquiciada, irracional e incesante retórica antiraní con el objetivo de desviar la atención sobre los crecientes levantamientos contra su régimen.
De acuerdo con Syed Zafar Mehdi, articulista de PressTv, el centro de ataque fue el programa nuclear iraní. Tanto el entrevistado como el entrevistador insistieron en presentar al pueblo de la República Islámica presuntamente inclinado a un cambio de gobierno y en favor de sanciones y acciones militares.
Al referirse al tema de las acciones terroristas acaecidas hace meses en Irán, instigadas por las potencias occidentales, el régimen israelí y los medios de prensa subordinados, Netanyahu intentó asumir la postura de defensor de los derechos humanos del pueblo iraní.
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Sin embargo, en ningún momento de la pretendida conversación hubo referencia a cómo jóvenes voluntarios Basiji desarmados y pacíficos fueron apaleados sin piedad y golpeados con armas blancas y piedras hasta ocasionarles la muerte por elementos subversivos apoyados desde el exterior.
El jefe del régimen del apartheid y promotor de los asesinatos de palestinos, responsabilizó de manera descarnada al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de fomentar el terrorismo.
Para Mehdi, la frustración de Netanyahu no es del todo infundada. Desde Palestina hasta Líbano, pasando por Siria, Irak, Yemen y otros países, el Eje de la Resistencia y la Fuerza Quds del CGRI contribuyeron a diezmar los complots abiertos y encubiertos del régimen israelí.
El apoyo inquebrantable de Irán al movimiento de resistencia palestino es un anatema para Netanyahu y sus secuaces en los territorios ocupados, al poner a “Israel” al borde de la aniquilación.
El entrevistador preguntó al primer ministro cómo pretendía convencer a los gobiernos occidentales de que "no hablaran" con Teherán, teniendo en cuenta los llamados "valores globales compartidos básicos".
Según Netanyahu el "cambio de régimen" en Irán es esencial no sólo para la existencia de “Tel Aviv”, sino también para el mundo en general.
En esa errada línea de pensamiento, Netanyahu instó a los líderes occidentales a pedir a Irán "dejar marchar a su pueblo de la tiranía radical".
Pero el primer ministro no hablaba del respaldo de millones de iraníes al gobierno de la República Islámica, sino más bien de un puñado de leales a Pahlavi y terroristas del MKO y sus secuaces al servicio de las potencias extranjeras.
Netanyahu también fue muy directo al pronunciar una "respuesta militar" al programa nuclear iraní, pacífico y bajo la estricta supervisión de la agencia nuclear de la ONU, a diferencia de las actividades nucleares clandestinas de “Israel” y el arsenal de cientos de cabezas nucleares.
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Conforme al representante sionista, las acciones de “Israel” retrasaron al menos una década el desarrollo iraní en materia nuclear.
De esa manera, el entrevistado asumió “sin querer” la responsabilidad de una serie de sabotaje contra instalaciones nucleares iraníes y asesinatos de los principales científicos en cobardes y ruines operaciones militares a lo largo de los años.
Las declaraciones de Netanyahu respondían así a la afirmación del jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, durante su reciente visita a Teherán, sobre la ilegitimitdad de cualquier ataque contra las instalaciones nucleares iraníes.
Netanyahu calificó la declaración de Grossi de "errónea", "inapropiada", "absurda" y "descabellada", y no dejó lugar a dudas sobre quién es el autor.
A juicio del articulista de PressTv, tampoco es posible esperar de Grossi y los funcionarios occidentales denuncias en torno a la retórica de guerra y ruido de sables del primer ministro de la entidad ocupante.
El entrevistador, en una interesante elección de palabras, preguntó al asediado primer ministro si la "crisis interna" desviaría su atención de Irán, en lugar de indagar por qué el régimen implosionaba desde dentro o por qué la gente clamaba por su sangre en las calles.
En una muestra de agradecimiento por obedecer el guión aprobado, Netanyahu elogió al medio financiado por Arabia Saudita por "difundir la verdad" defendida por los sionistas.