Exgobernante de facto de Bolivia imputada por genocidio
Los suscritos fiscales imputaron de manera formal a Jeanine Áñez Chávez por la comisión del delito de asesinato y crimen en grado de tentativa .
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La expresidenta de facto de Bolivia Jeanine Áñez (2019-2020).
La expresidenta de facto de Bolivia Jeanine Áñez (2019-2020) encara una posible condena a 30 años, imputada de terrorismo, asesinato y asesinato en grado de tentativa en el expediente penal denominado Masacre de Sacaba.
Los delitos están previstos en el artículo 138 del Código Penal, calificación provisional en calidad de autor de los hechos, sostuvieron representantes del Ministerio Público en el departamento central de Cochabamba.
Según la Fiscalía, en noviembre de 2019 Áñez consolidó una estructura de poder orientada a ejercer una represión violenta, sin importar la muerte de las personas y lesiones de otras, para detener las protestas en Sacaba en favor del respeto al derecho al voto y a la mujer de pollera.
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La exgobernante, en complicidad con los exministros de Gobierno Arturo Murillo, y Defensa, Fernando López, emitió el Decreto Supremo 4078 (conocido como de la muerte), y exoneró de responsabilidad penal a policías y militares en la represión contra quienes reclamaban el restablecimiento del orden constitucional.
Junto a ambos titulares, la exmandataria coordinó las operaciones conjuntas para arremeter contra los movilizados, según el Ministerio Público.
De acuerdo con la entidad, el caso Sacaba es de relevancia social, requiere una atención prioritaria y enfrentarlo con celeridad desde el punto de vista de fijar fecha y hora para la audiencia cautelar, a fin de demandar la detención preventiva de los involucrados por seis meses en la cárcel de Miraflores.
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Áñez cumple en ese penal una sentencia en primera instancia de 10 años por el caso Golpe de Estado II, en el cual analizaron la vía inconstitucional utilizada para colocarse a la cabeza del Senado, y del Estado con posterioridad.
En el expediente Golpe de Estado I, Áñez está imputada por las masacres de Senkata, en El Alto, y la de Sacaba, en Cochabamba, con saldo de cerca de 40 muertes, cientos de heridos y miles de encarcelados y torturados.
