En Francia bajan los detenidos, pero no cesa la violencia
Por séptima noche consecutiva, París y otras ciudades son testigos de una reacción popular muy variada, desde el reclamo de justicia para los inmigrantes y sus familias hasta vandalismo de coches y comercios.
El número de detenidos decreció a solo 16 en la séptima noche consecutiva de reyertas masivas en ciudades de Francia, aunque no disminuyen los hechos vandálicos, como autos y comercios incendiados.
El ministerio del Interior francés confirmó un acumulado de tres mil 625 detenciones, de las cuales mil 124 son menores de edad.
En aceleradas gestiones judiciales, 990 ciudadanos fueron presentados esta semana ante los tribunales, de los cuales 380 fueron condenados a permanecer en prisión.
Aunque el detonante de la ola de violencia fue el asesinato de un adolescente de 17 años a manos de un policía en Nanterre, en la periferia de París, las explosiones populares derivaron hacia múltiples expresiones de ira.
Cientos de marchas de rechazo a la xenofobia e islamofobia, convocadas a través de las redes sociales, coexisten con atracos comunes a unos mil comercios y 400 sucursales bancarias, según el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, ordenó a su gabinete actuar para detener las manifestaciones en las ciudades más comprometidas y a la par emprender la reconstrucción de las localidades afectadas, para borrar la impresión de escenario de guerra.
Le Maire tranquilizó a la población afectada durante los disturbios con el anuncio de la activación del Fondo de Garantía de Víctimas para ayudar a quienes no tenían contratadas con las empresas de seguro compensaciones por pérdidas en incendios provocados en distrubios.
El joven asesinado en un cruce de tráfico era de origen argelino, elemento manejado por los manifestantes para denunciar prácticas de discriminación frecuentes en ese país europeo, por razones como raíces culturales, religión, nacionalidad o estatus socioeconómico.