La Depresión: esa arma silenciosa y mortal (+Infografía)
Son alarmantes las cifras de la depresión a escala mundial. En los últimos años las personas que padecen esta enfermedad se han incrementado, siendo los jóvenes un grupo vulnerable dentro del segmento de la población afectada.
Con mucha frecuencia se confunde la tristeza con depresión; pero transitar por una mala racha, estar frustrado personal y/o laboralmente, sentirse impotente ante una injusticia o un suceso lamentable –aunque muchos piensan que sí-, no es depresión.
La depresión es el diagnóstico psiquiátrico y psicológico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, que provoca una incapacidad total o parcial para disfrutar de los acontecimientos de la vida cotidiana.
La depresión afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países.
Los trastornos depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad. Se trata de un padecimiento crónico y recurrente que afecta entre el 8 y el 12 por ciento de la población mundial.
El decaimiento, la irritabilidad, sensación de malestar y tristeza constante, son algunos de los síntomas más evidentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), informa que 32 millones de personas sufren la enfermedad, siendo las mujeres las más afectadas.
Se trata de la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. Y aunque hay tratamientos eficaces para combatirla, en algunos casos termina –lamentablemente- en el suicidio.
Al año mueren 800.000 personas a causa del suicidio, convirtiéndose esa acción en un foco de atención ya que los datos estadísticos lo ubican entre las 20 enfermedades más peligrosas.
Unas 2.191 personas se suicidan cada día.
Brasil es el país con más depresión en América Latina, refiere el informe de la OMS. “El trastorno afecta al 5,8 % de la población brasileña (11.548.577 personas)”, ubicando a esa nación por encima de la media mundial y situándola a la cabeza de los países de América Latina.
Después de Brasil, en la lista aparecen los siguientes países:
- Cuba (5,5%)
- Paraguay (5,2%)
- Chile y Uruguay (5%)
- Perú (4,8%)
- Argentina, Colombia, Costa Rica y República Dominicana (4,7%)
- Ecuador (4,6%)
- Bolivia, El Salvador y Panamá (4,4%)
- México, Nicaragua y Venezuela (4,2%)
- Honduras (4 %)
- Guatemala (3,7%)
La presión social y laboral influye en el padecimiento de esta enfermedad. El sociólogo brasilero Vinicius Sartorato, en conversaciones con RT explicaba que: "La presión psicológica sobre los trabajadores para que logren siempre mayor productividad, dentro de una lógica de concurrencia y competición, muchas veces valiéndose de jornadas abusivas, demuestran una relación directa con enfermedades como depresión y ansiedad".
De igual forma indicó que "la adición actual a la tecnología, cada día más común", es otro aspecto importante en el registro de ese tipo de enfermedades.
En los últimos 15 años se ha multiplicado la prescripción de antidepresivos en un 200%.
Estudios recientes han sugerido factores determinantes en el uso de las redes sociales, y la sensación de no poder cumplir con expectativas poco realistas de los empleadores, amigos o socios.
Es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.
Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia enfermedad.
Por eso ante cualquier sospecha, lo mejor y más recomendable es buscar ayuda profesional. La depresión no se cura con una palmada en la espalda o con el consejo amoroso de familiares y amigos; influyen, ayudan, pero no determinan.
Algunos tips para no darle entrada a la Depresión:
Tomar el Sol, al menos unos 15 minutos al día: es bueno para el organismo, mejora el estado de ánimo ya que promueve la síntesis de la serotonina (también conocida como “droga del bienestar”), y es fuente de vitamina D.
Potenciar el Omega 3: el 60% de nuestro cerebro está compuesto por grasa por lo que es recomendable consumir el procedente de pescados criados salvajes.
Hacer ejercicios: el mejor antidepresivo es la actividad física.
Una alimentación sana: evitar alimentos ultraprocesados y con exceso de azúcar; ya que el eje estómago-cerebro es muy importante.
