Mientras que en el mundo se juegan partidos de fútbol, los jugadores palestinos están siendo asesinados por su amor a la tierra y a la causa. Esta es su perseverancia. Nacen del sufrimiento y han estado impacientes toda su vida. Son mártires desde que la ocupación les robó la tierra.

Sí, también juegan al fútbol y al deporte, pero esto no les toma toda su atención. Son hijos de una causa ante todo. Luchan por ello antes de patear la pelota y dejan todo para defenderla.

En la Franja de Gaza, y con cada agresión, los aviones israelíes atacan no solamente los edificios y viviendas, sino también los campos deportivos.

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Según páginas deportivas palestinas, el estadio de fútbol de cinco estrellas del Nama Club fue bombardeado, y la casa del jugador del Al-Ahly FC Ahmed Al-Madhoun resultó dañada tras un ataque de una zona adyacente al estadio, algo que también han vivido otros jugadores de este club y del club Beit Hanoun.

El jugador del club Beit Hanoun, Moaz Nabil Al Zaanin (27 años), fue asesinado como resultado de las incursiones del enemigo israelí en su barrio en el Área de Beit Hanoun en la Franja de Gaza. Las páginas y los tweeters publicaron imágenes del mártir, así como imágenes de su pequeño hijo derramando lágrimas durante el funeral de su padre en su lugar de descanso final. La escena del niño sacudió la conciencia, y para él la palabra "deporte" o "pelota” ha perdido sentido.

Muchos expresaron su tristeza por esta escena de dolor, pero lo más emotivo que demuestra la de fuerza y determinación de este pueblo, fue lo que se le escribió al hijo del mártir jugador: "Crecerás. Levántate, hijo mío, y venga la sangre libre de tu padre".

Esta es la realidad del deporte y fútbol en Palestina y Gaza. Si sus jugadores son asesinados, sus hijos continuarán su lucha hasta la victoria.