Moussa, velocidad y gloria en una de las principales carreras de camellos del Sahara
Moussa no va a la escuela, pero monta a camello desde los tres años. No fue hasta los siete años que empezó a competir: "antes tenía miedo de montar solo a camello".
-
Moussa, velocidad y gloria en una de las principales carreras de camellos del Sahara
El pequeño Moussa, de 10 años, recordará durante mucho tiempo lo ocurrido en Ingall, en el norte de Níger. Aunque apenas mide un metro, voló por el desierto a lomos de su montura en una de las principales carreras de camellos del Sahara.
Con animales llegados de todo Níger y también de la vecina Argelia, es este hijo de la sabana, que suele pasar largas y tórridas jornadas pastando por el desierto el ganado de su padre, quien se hizo con la victoria.
Moussa no va a la escuela, pero monta a camello desde los tres años. No fue hasta los siete años que empezó a competir: "antes tenía miedo de montar solo a camello".
Ahora, este chico de Tchin Tabaraden sueña con un futuro dorado, en el que tendrá "muchos camellos" y "ganará otras carreras".
La carrera de Ingall, en el norte de Níger, forma parte del festival de "La Cura Salada", una tradicional fiesta de los nómadas de esta zona del Sáhara, ahora escenario de un conflicto yihadista.
Aquí, el tema ni se menciona, es tiempo para divertirse. "En Europa hay el fútbol, aquí tenemos las carreras de camellos", resume Khamid Ekwel.
La carrera es larga: dos vueltas de cinco kilómetros. Al culminar la primera, cuatro camellos están emparejados.
Ver esta publicación en Instagram
En la pista, las motos y las furgonetas aceleran y los conductores gritan, pero los jinetes no hacen caso. Ahora están centrados en espolear a sus bestias para acelerar para el esprint final.
Pronto, los cuatro de cabeza llegan a la tribuna donde sigue el evento el presidente nigerino, Mohamed Bazoum. El pequeño Moussa esboza una gran sonrisa: su Mahokat ("el loco") terminó ligeramente por delante.
"Ha sido un esprint final terrible. Y todavía más para mi, que he sido cuarto", dice Lahsanne Abdallah Najim, miembro del jurado y propietario de uno de los camellos favoritos.
El entrenador de Mahokat, Mohamed Ali, está contento, aunque no sorprendido. Antes de la carrera ya pronosticó: "¡Este camello, es un camello ganador! ¡Hoy mismo, si Alá quiere!".
Es él quien monta el camello a diario y hace las carreras de entrenamiento. Lo nutre con mijo, un alimento al que mucho ganaderos no pueden acceder por falta de dinero.
Estos camellos de lujo, que viven en el fondo del desierto, son conocidos en la región: son los mismos que ganan carrera tras carrera. Sus propietarios son ricos pero no se mueven por dinero, buscan la gloria sahariana.