La criptomoneda Ethereum, segunda más importante en el mundo, comenzó un camino ecológico tras la fusión de la red principal con su sistema de prueba de participación de la cadena de baliza.

Esa renovación reducirá el consumo de energía en casi un 99,95 por ciento, según la Fundación Ethereum, una organización sin fines de lucro que la respalda.

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Como todas las criptomonedas, este activo virtual empezó a funcionar mediante una cadena de bloques de instrucciones encriptadas, que son creadas de forma incesante por miles de ordenadores en todo el mundo, de forma autónoma y automática.

El mencionado modelo demanda mucha energía y, en general, es poco ecológico; por eso, la red ahora da un giro hacia el estilo de prueba de participación (PoS), que no necesita criptominería. Asimismo, el bautizado como Ethereum 2.0 tiene la ventaja de ser más rápido y eficiente.

Las criptomonedas son una creación totalmente informática y virtual, que se basa únicamente en la fiabilidad de sus fondos en los mercados gracias a las cadenas de bloques, que no deben falsificarse. Ethereum es muy volátil, porque la mayoría de los intercambios en el mundo del arte digital se realizan con esa moneda.