Palestina llega a los reflectores del Goya
Destacados artistas de España denunciaron sin pudores ni temores el conflicto en Gaza.
Todo transcurrió en la gala de los Premios Goyas. En el mismo lugar donde confluyeron los homenajes a Pedro Almodóvar y los aplausos por el actor José Coronado, estuvo Palestina.
Ante las cámaras de televisión y los obsequios, destacados artistas de España denunciaron sin pudores ni temores el conflicto en Gaza y así reconocieron de una vez por todas la archiconocida frase del poder social del cine.
Eso bien lo supo la actriz Alba Flores al expresar en el escenario de Valladolid su dificultad para celebrar mientras ocurrían los acontecimientos en Palestina.
Después de entregar el premio a la mejor canción original, la intérprete de la serie La casa de papel expresó su deseo de paz en la región levantina, y recibió el cálido aplauso del público.
Vestida de negro, llevaba una chapa en forma de sandía en el lado izquierdo, con una frase para pedir el alto al fuego inmediato.
A su llegada al auditorio, la cantante Ana Belén también portó este símbolo y resaltó su compromiso contra las injusticias.
Dio muestras así de una evidente dedicación con temas que abordó desde el inicio de su carrera, esto es la cuestión de la violencia o el género.
Junto a ellas, la realizadora Estibaliz Urresola, ganadora en el apartado de dirección novel por la película 20 mil especies de abejas, compartió ideas similares.
"Quiero mencionar lo que está ocurriendo en Gaza. Es un genocidio y debemos instar a los gobiernos a detenerlo", afirmó ante todos.
La cita marcó una diferencia con respecto a otros eventos como los Globos de Oro, donde no hubo ni un solo pronunciamiento con respecto al tema.
Quizás esta postura esté relacionada con la respuesta del célebre Pedro Almodóvar a los representantes del partido Vox en el evento.
Tras ser etiquetados como "señoritos", el director afirmó que los creadores retribuyen con creces a la sociedad de múltiples maneras.
En definitiva, el cine es testimonio y un arma ideológica, y no solo hurga en un estilo sino en ese “sueño de todos” que solo es capaz de nombrar el arte.