La Internacional: A más de un siglo del canto de los trabajadores
La letra habla de la unidad de los oprimidos del mundo, era un canto esperanzador y al mismo tiempo de combate.
El 12 de noviembre de 1888, un coro interpretó por primera vez el hermoso himno de los trabajadores del mundo: La Internacional que proclama: “La tierra será el paraíso bello de la humanidad”.
Su letra es 17 años anterior a su música y fue escrita por Eugenio Pottier, un obrero francés, dirigente de la Comuna de París.
Los versos sobrevivieron de los cañonazos que hacían temblar los muros de la ciudad sublevada. Era un poema, como los patriotas, enardecido y esperanzado.
Transcurrió el tiempo y continuaron las luchas proletarias. Llegó el año 1888. Los habitantes de la ciudad de Lille preparaban una gran fiesta proletaria.
Pidieron al director del conjunto de trabajadores de la ciudad, el belga radicado en Francia, Pierre Degeyter, que compusiera una pieza.
Estudió numerosas letras de poesías para la composición pero ninguna le complacía. Cuando ya desesperaba, porque la inspiración no surgía, un obrero anónimo le entregó el poema de Pottier.
Al leerlo, su rostro se iluminó. La letra hablaba de la unidad de los oprimidos del mundo, era un canto esperanzador y al mismo tiempo de combate que llamaba a erradicar la explotación capitalista y construir un planeta más justo…
Comenzó a interiorizarlo, a escuchar su ritmo interior, su mensaje, su fuerza… y el 18 de junio de 1888 empezó a divulgarse unas notas musicales que iban tomando forma en aquel viejo armonio.
Pottier murió abandonado y en la miseria. En su lecho de muerte Laura, la hija de Carlos Marx, le prometió que divulgar la Internacional y así lo hizo.
Así lo pensaron los delegados a la Segunda Internacional Comunista celebrada en el año 1900 y allí aprobaron ese canto para entonarlo en cada reunión de la organización.