Los silbatos de la muerte azteca aún conmueven a los humanos
El icónico ruido agudo de este instrumento musical evocaba los gritos de una persona aterrorizada.
Muchas culturas antiguas utilizaron instrumentos musicales en ceremonias rituales. Las comunidades aztecas de Mesoamérica no fueron distintas. Según los historiadores, sus ceremonias rituales incluyeron elementos sonoros.
Uno de los elementos más reconocibles de esta civilización eran los famosos silbatos de la muerte. Su cuerpo en forma de esqueleto con una calavera y con los globos oculares intactos simbolizaba a Mictlantecuhtli, el Señor azteca del Mictlán, la tierra de los muertos.
El icónico ruido agudo de este instrumento musical –notable por su construcción única- evocaba los gritos de una persona aterrorizada.
Para comprender los mecanismos detrás de este fenómeno, un equipo de investigadores de la Universidad de Zúrich, en Suiza, creó reconstrucciones en 3D.
Los modelos revelaron que, según un artículo publicado en la revista Communications Psychology, la estructura interna única de dos cámaras sonoras opuestas generó turbulencias físicas en el aire.
Varios especialistas obtuvieron grabaciones de sonido de silbatos de la muerte aztecas originales, así como de réplicas artesanales.
Regiones pertenecientes al sistema neuronal afectivo respondieron fuertemente al silbido, confirmando una vez más su naturaleza intimidante.
"Las comunidades aztecas con probabilidad capitalizaron específicamente la naturaleza de este instrumento para influir en la audiencia”, apuntaron los autores del trabajo.
Asimismo, los especialistas observaron actividad cerebral en áreas asociadas con la interpretación de sonidos y su significado simbólico.
Esto sugirió una naturaleza “híbrida” del producto, que combinó una influencia psicoafectiva básica con procesos mentales más elaborados.
Los aztecas agrupaban a un conjunto de pueblos que habitaban una misma región (el Altiplano central de México y sus alrededores) en el siglo XVI y compartían una tradición histórica, entre otros rasgos.