La vida de Evita: Una experiencia museística en Argentina
El Museo Evita devino un emblema cultural y turístico, reconocido por su país y turistas de todo el mundo.
Hace más de dos décadas, familiares, amigos y compañeros compartieron un sueño: contarle al mundo la historia de Eva Duarte de Perón.
Así nació el Museo Evita, un espacio de puertas abiertas a todos aquellos interesados en conocer los aspectos más íntimos de la historia de esta exactriz convertida en leyenda de la política argentina.
La ubicación del centro de tres pisos no es casual. Todo partió de una construcción de principios del siglo pasado, pero en 1948 la adquirió la Fundación para albergar un hogar de tránsito que recibía a mujeres vulnerables.
Allí, la entonces primera dama desarrolló múltiples programas asistenciales por los que todavía muchos la recuerdan.
Por eso, el 26 de julio de 2002, justo el día antes de cumplirse 50 años de su fallecimiento, el centro abrió sus puertas.
Desde entonces, la edificación devino un emblema cultural y turístico, tanto que el sitio TripAdvisor le otorgó, por decisión del público, el premio Travellers' Choice como uno de los museos especializados más buscados de Buenos Aires.
Casi al entrar, lo primero que resalta en una amplia pared son los retratos pintados de Perón y de Evita, separados por unas flores blancas.
A lo largo de las 13 salas llegan más de 400 piezas originales relativas a una mujer que nació en 1919 en una humilde localidad rural y que, siendo todavía una adolescente, llegó a la capital para buscar suerte como actriz.
En las vitrinas hay revistas con su rostro en la portada, publicidades, noticias de diarios de la época, afiches de cine.
Destacan las bicicletas, los juguetes, las heladeras, las estufas, las máquinas de coser, las despensas, que regalaba por miles, mientras impulsaba la construcción de clínicas, viviendas, hogares de niños y ancianos.
La primera dama promovió el voto femenino y en 1951. También respaldó la reforma que les permitió a las mujeres tener derecho a la patria potestad.
Incluso llegó a plantear la injusticia del trabajo no pago realizado en el hogar, una de las discusiones más vigentes de los feminismos.
Murió el 26 de julio de 1952 y la proyección de una cinta que refleja la tristeza colectiva en su masivo velorio en las calles de Buenos Aires produce uno de los momentos más emotivos del recorrido en el museo.