La celebración del XXV Festival del Habano, del 24 al 28 de febrero en la capital de Cuba, promovió el conocimiento en torno a toda la cultura asociada al considerado mejor tabaco del mundo.

Una asistencia récord de tres mil 300 participantes de 110 países ratificó el interés en el tabaco cubano, convertido hoy en uno de los principales rublos exportables de la isla. 

Las cifras ofrecidas por la corporación Habanos S.A., empresa líder en la comercialización de estos puros Premium a nivel mundial, evidenciaron la consolidación de la industria tabacalera como una de la más significativas de la economía de la Mayor de las Antillas. 

Durante la inauguración del evento, la compañía anunció ingresos valorados en 827 millones de dólares durante el 2024, para un crecimiento del 16 por ciento en relación con el año precedente.

Junto a la Feria Comercial y el Seminario Internacional con sedes en el Palacio de Convenciones, las visitas a las plantaciones y a las fábricas de tabaco se convirtieron en las actividades más apreciadas del XXV Festival del Habano.

Los participantes realizaron un recorrido por la prestigiosa zona de Vuelta Abajo, ubicada en la occidental provincia de Pinar del Río, para descubrir el proceso de siembra, cosecha, escogida y despalillo de las hojas de los famosos puros. 

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Cuba con su combinación única de suelo fértil, clima ideal y niveles de humedad perfectos ofrece las mejores tierras para el cultivo de hojas de calidad inigualable, por su aroma y textura.

Estas plantaciones son las responsables de la Denominación de Origen Protegida que distingue a los Habanos como un producto premium.

A estos factores se suma la experiencia y dedicación de los vegueros, agricultores especializados en esta labor, quienes preservan técnicas ancestrales y conocimientos heredados a lo largo de años.

Los asistentes también tuvieron la oportunidad de descubrir el emblemático proceso de elaboración "Totalmente a Mano" en las fábricas de tabaco torcido de La Habana, algunas de reconocido renombre como "El Laguito", "Partagás", "H. Upmann" y "La Corona".

Este proceso, único de su tipo en el mundo, se mantiene fiel al estilo artesanal desarrollado hace más de 500 años y que solo en Cuba se conserva con tal nivel de excelencia y tradición.

De acuerdo a los expertos tabaqueros, desde la siembra de la semilla hasta la puesta en caja de cada tabaco transcurren más de 500 procesos manuales.

La dedicación a la calidad y a la tradición convierten, sin dudas, al cultivo del tabaco en una verdadera expresión cultural, donde cada Habano cuenta una historia de esfuerzo y amor por el oficio.

El cierre del evento estuvo marcado por la tradicional subasta benéfica de humidores que, en esta ocasión, recaudó un monto de 17 millones 940 mil euros destinados al Sistema cubano de Salud Pública.

Por vigésimo quinta ocasión, el Festival del Habano volvió a encadenar su aspecto comercial con el cultural, dado el nexo indisoluble de la cosecha y producción tabacalera con la historia y tradiciones de la mayor de las Antillas.