Mulalah y Tarwidah: Cantos de Palestina contra la ocupación colonial
Suben al escenario inventado y cantan y visten sus palabras de lirismo, pero también son un arma contra las diversas ocupaciones de las tierras.
Como si fueran talismanes o enigmas incomprensibles, los versos de las canciones populares de Palestina entrelazan frases con maestría.
Estas palabras, tejidas por voces de mujeres, parecen aves paseando en todos los puertos: la ausencia, la alegría, la libertad, el amor…
Sus letras también devinieron con el paso del tiempo un arma contra las injusticias de los ocupantes de esas tierras.
La Mulalah y la Tarwidah
Diversos usuarios quedaron atónitos hace unos meses por la presencia de signos extraños en redes sociales, pero en realidad eran mensajes sencillos conocidos como "la Mulalah y la Tarwidah".
La historia del género nació con la voz de quienes interpretaban tonadas durante encuentros o bodas sin apoyarse de instrumentos en la Tarwidah, es decir, canción.
Como explicó el periodista y escritor palestino Naeem Ebrahim, ese término proviene del verbo "tarwida", que significa repetir una melodía.
"Muchas veces las sílabas iniciales y finales continúan fijas, pero el ritmo permanece tal cual a pesar de los cambios", aseguró en entrevista con Al Mayadeen español.
No obstante, otros estudiosos asociaron el origen de esta práctica a las antiguas costumbres de las mujeres y sus cantos mientras realizaban tareas como recoger agua.
De la Tarwidah surgió otro tipo de mensaje conocido como "la Mulalah", caracterizado por la repetición de la letra "L" dentro de las palabras.
Gracias a esa forma de comunicación, las jóvenes transmitían mensajes secretos a sus amantes, y las madres expresaban su anhelo de abrazar una vez más a sus hijos prisioneros.
En otras ocasiones, actuaban de esta manera codificada cuando un revolucionario pasaba frente a ellas, para informarle o alertarlo de un peligro.
Frente a la ocupación
Durante las ocupaciones británica e israelí, ese arte resultó útil tras el corte de todos los medios convencionales de comunicación por parte del colonialismo.
Para el periodista Naeem Ebrahim, su uso significó un arma de resistencia, una música aparentemente incomprensible, pero "en realidad hechas para que el opresor no sea capaz de entenderlas, en especial si son mensajes de guerra".
Varias Tarwidah incluían noticias o detalles sobre operaciones militares, lo que complicaba la interpretación del texto.
El especialista señaló que esta música siguió en empleo incluso después del desplazamiento forzado de 1948, conocido como Nakba, y hasta ahora son muchos los residentes de los campamentos de refugiados que conocen su lenguaje.
A lo largo de las generaciones, las mujeres de Palestina heredaron la Mulalah y la Tarwidah, y actualmente existen personas dedicadas a preservar y proteger estas formas expresión.