Perú y EE.UU. canjearán deuda por acción climática en la Amazonía
Lima destinará los montos a financiar un fondo de protección de bosques tropicales durante los próximos 13 años.
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Vista aérea del río Aguarico, en la región de Lagartococha, en la Amazonía peruana.
Los Gobiernos de Estados Unidos y Perú, junto a cuatro Organizaciones no Gubernamentales (ONG) dedicadas a la protección de la vida silvestre, acordaron la conformación de un fondo de protección climática para la Amazonía con 20 millones de dólares procedentes de la deuda del país andino con Washington.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro, los acuerdos reducirán los pagos de la deuda peruana durante los próximos 13 años y los recursos servirán para subvencionar la protección y restauración de los bosques tropicales de la nación sudamericana.
El ente estadounidense precisó que la iniciativa, inscrita dentro de la Ley de Conservación de Bosques Tropicales y Arrecifes de Coral contará con la participación de organziaciones no gubenramnetales como Conservación Internacional, de la Naturaleza, para la Vida Salvaje y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Del lado peruano el interlocutor será la organización privada Fondo Nacional para Áreas Protegidas por el Estado.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses este es el tercer canje de deuda pactado con Lima. Los dos primeros, tuvieron lugar en 2002 y 2008 y en conjunto generaron alrededor de 36 millones de dólares para la restauración, conservación, gestión y uso sostenible de los bosques tropicales.
Tras este pacto, Perú se suma a los convenios semejantes suscritos por la Casa Blanca con Bangladesh, Belice, Botswana, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Indonesia, Jamaica, Panamá, Paraguay y Filipinas, los cuales permitirán destinar unos 380 millones de dólares a la protección de los bosques tropicales.
Pese a estos esfuerzos, mandatarios como el colombiano Gustavo Petro o el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, demandaron del Norte global un mayor compromiso con la lucha climática.
Además, los presidentes sudamericanos exigieron compensaciones económicas por los efectos de la depredación ambiental generada por los países ricos sobre los del Sur.