Enorme iceberg amenaza la vida marina en las islas Georgias del Sur
El A23a se dirige hacia las islas Georgias del Sur, un santuario natural para pingüinos, focas y otras especies marinas.
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Enorme iceberg amenaza la vida marina en las islas Georgias del Sur.
Un iceberg gigante, conocido como A23a, avanza por el Atlántico hasta su posible destino final: las islas Georgias del Sur.
El peligro de colisión de esta estructura de tres mil 500 kilómetros cuadrados radica en que la región británica es un santuario natural para pingüinos, focas y otras especies marinas.
Actualmente, el A23a está a unos 280 kilómetros de tierra y, si encalla en la plataforma continental, impedirá el acceso a las zonas de alimentación de los animales que en ella habitan.
“Su llegada no solo genera preocupación entre los ecologistas, también pone de manifiesto la compleja relación entre naturaleza y cambio climático”, reconoce un artículo de la revista especializada National Geographic.
Mientras avanza hacia aguas más cálidas, el iceberg experimenta un proceso acelerado de descomposición, que altera el entorno marino.
Investigaciones de British Antarctic Survey señalan que el agua de deshielo está cargada de nutrientes, productos químicos y microorganismos congelados durante décadas.
Su liberación al mar podría repercutir en el ciclo de carbono y favorecer la captura de dióxido de carbono en las profundidades, fenómeno aún en estudio.
Aunque los científicos coinciden que el desprendimiento del iceberg forma parte del ciclo natural de las plataformas de hielo, el calentamiento global es un factor alarmante en la desestabilización de la Antártida.
El A23a abandonó la plataforma de Filchner en la Antártida en 1986, y quedó atrapado durante décadas en un remolino entre las aguas.
Apenas pudo liberarse en diciembre pasado, y emprendió su trayecto hacia las partes más cálidas del norte, destino que podría ser su fin y el comienzo de nuevos desafíos ambientales.