Científicos hallan posible indicio de vida en exoplaneta
En la atmósfera del K2-18b detectaron sulfuro de dimetilo, una molécula que en la Tierra solo es producida por organismos vivos, como las algas marinas. La mejor explicación, según los astrónomos, es la presencia de un océano cálido en la superficie del planeta.
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Concepción artística de un exoplaneta como K2-18b en órbita alrededor de una estrella enana roja. Imagen: A. Smith, N. Madhusudhan/Universidad de Cambridge.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, encontró la señal más sólida de vida extraterrestre hasta la fecha, en un planeta que orbita una estrella situada a 120 años luz de la Tierra.
Conocido como K2-18b, este enorme cuerpo tiene en su atmósfera una molécula que en nuestro mundo solo es producida por organismos como las algas marinas.
La mejor explicación para el hallazgo, según el autor del estudio Nikku Madhusudhan, es el océano cálido que cubre su superficie.
“Esta es la primera vez que la humanidad observa posibles bioformas. Presenciamos un momento revolucionario”, señaló el astrónomo.
Comienzos de la investigación
En 2021, Madhusudhan y sus colegas propusieron que los subneptunos (planetas más grandes que los rocosos de nuestro sistema solar interior) estaban cubiertos por agua a elevada temperatura y envueltos en atmósferas con hidrógeno, metano y otros compuestos de carbono.
Tras el lanzamiento del telescopio espacial James Webb, en diciembre de ese año, los científicos observaron más cerca estas formaciones.
Al inspeccionar el K2-18, en 2023, descubrieron una molécula de importancia potencial: el sulfuro de dimetilo, formado por azufre, carbono e hidrógeno, y cuya única fuente conocida en la Tierra es la vida.
En nuestro océano, por ejemplo, ciertas formas de algas producen ese compuesto, que se difunde en el aire y contribuye al olor característico del mar.
La segunda oportunidad de buscar la molécula ocurrió en 2024, mientras el planeta orbitaba frente a su estrella, cuando los astrónomos emplearon un instrumento diferente al Webb para analizar la luz en la atmósfera, y obtuvieron una señal aún más fuerte.
Entonces, llegaron a la conclusión de que K2-18b alberga un nivel de sulfuro de dimetilo miles de veces superior al de la Tierra.
Mucho por descubrir, con mejor tecnología
Tras la publicación del estudio por la revista Astrophysical Journal Letters, otros expertos calificaron el descubrimiento de “emocionante”, pero fueron reacios a sacar conclusiones ambiciosas.
“Es algo”, dijo el científico planetario de la Universidad Johns Hopkins, Stephen Schmidt, “aunque no podemos concluir que sea habitable”.
Otro artículo publicado el pasado domingo sugirió que el planeta puede ser, en realidad, un enorme trozo de roca con un océano de magma y una atmósfera de hidrógeno densa y abrasadora.
Los expertos deberán realizar experimentos de laboratorio para dar sentido al nuevo estudio, por lo cual estimaron que el descubrimiento preciso de vida fuera del sistema solar llegará a un ritmo muy lento.
En ese camino, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) diseña telescopios espaciales más potentes, que busquen indicios de habitabilidad.
No obstante, a la comunidad científica le preocupa no tener un seguimiento de los últimos resultados sobre el K2-18b, pues el gobierno de Donald Trump planea recortar la mitad del presupuesto científico de la NASA y eliminar futuros proyectos de astrobiología.
Si eso ocurre, la búsqueda de vida en otros planetas quedará detenida.