Científicos registraron en las últimas horas una potente eyección de masa coronal, expresada por grandes expulsiones de plasma y campo magnético solar, y generada por una intensa actividad en el Sol.

Este fenómeno alcanzó la magnetosfera terrestre (la capa más externa y grande de la atmósfera) en la madrugada del 1 de junio, clasificándose el evento como una tormenta geomagnética severa (G4).

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Según advirtió la Agencia Espacial Española, este tipo de evento produce alteraciones en redes eléctricas de alta latitud, perturbaciones en comunicaciones por radio de alta frecuencia, errores temporales en sistemas de navegación por satélite y otros efectos adversos.

Los modelos de predicción señalaron un 40-60 por ciento de intensificación de la actividad en las próximas 24 horas.

Desde la Agencia Espacial Europea continúa activa la vigilancia mediante su red de servicios de clima.

Aunque el índice Kp (actualmente en 8, nivel "severo") no alcanzó el umbral crítico de 9 ("extremo"), y los expertos descartan por ahora un escenario de peligro inminente.