CEDEAO insiste en sanciones, preámbulo de una intervención a Níger
Las medidas son inhumanas y no nos someteremos a presiones, respondió el Consejo de Transición nigerino, mientras Burkina Faso y Mali reiteraron su apoyo militar en caso de agresión.
El jefe del Consejo de Transición de Níger, general Abderrahmane Tiane, rechazó este miércoles las sanciones impuestas por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en respuesta al golpe de estado de la semana pasada, calificándolas de ilegales, injustas e inhumanas.
En un discurso televisado, Tiane desestimó la presión regional e internacional para devolver al poder al derrocado presidente, Mohamed Bazoum.
Las sanciones de la CEDEAO incluyen la paralización de todas las transacciones comerciales y financieras entre esa república africana y todos los estados miembros del bloque, además de congelar sus activos en los bancos centrales de esos países.
En añadido a tales medidas, la vecina Nigeria dejó de suministrar electricidad al estado sancionado.
El jefe de la comisión africana, Omar Aliou Touari, anunció también la congelación de activos personales de los militares involucrados en el golpe, y la prohibición de viaje para ellos y sus familiares, así como para los civiles dispuestos a participar en cualquier gobierno establecido por estos oficiales rebelados.
Por su parte, los líderes de la junta militar nigerina declararon estar alertas contra cualquier posible intervención militar en su país, a la vista de las intenciones de la cumbre CEDEAO de aprobar un plan de agresión a inciarse por la capital, Niamey, con participación de efectivos militares de varios países africanos y occidentales.
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En ese sentido, voceros de Malí y Burkina Faso denunciaron las maniobras del grupo económico plegado a los intereses de Occidente, en cuya cumbre se negaron a participar, como tampoco apoyarán las sanciones de cualquier tipo contra Níger.
Su postura solidaria con la soberanía de la vecina nación en el Sahel fue declarada con firmeza mediante comunicado conjunto, en el que ambos gobiernos consideraron cualquier intervención militar contra Niamey como una declaración de guerra contra Uagadugú y Bamko.