El ejército israelí arrestó a más de 100 ciudadanos palestinos durante los últimos tres días y a la luz de la campaña de detenciones por parte del gobierno de Benjamín Netanyahu en Cisjordania y Jerusalén, el Ministerio palestino de Prisioneros y Exprisioneros advirtió de una catástrofe humanitaria en las cárceles de la ocupación.

De acuerdo con la cartera, los presos son sometidos a prácticas crueles, inhumanas y degradantes como encadenamientos de manos y pies durante largas horas y torturas físicas y psicológicas.

El hacinamiento obedece a la decisión del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, de cancelar la liberación anticipada, cerrar algunas secciones de las prisiones de Ashkelon y Beersheba y el continuo traslado de los reos a diferentes centros penitenciarios durante los últimos meses

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Según la institución, el aumento en el número de presos afecta la naturaleza de la vida en las cárceles y supone una carga adicional a la hora de satisfacer las necesidades de los nuevos reclusos.

Ante estos graves hechos, también exigió a las autoridades palestinas desempeñar su papel, asumir sus responsabilidades ante las políticas del gobierno fascista y trabajar para frenar esta agresión continua contra el pueblo y los prisioneros.

Las fuerzas ocupantes, reforzadas con armas y vehículos militares, irrumpieron el pasado miércoles en la localidad de Silat al-Dhahr, al sur de Yenín, y lanzaron una campaña de redadas y detenciones.

Entre los capturados está el combatiente Maher al-Akhras, quien inició una huelga de hambre junto con otros líderes de la Yihad Islámica y Hamas en Cisjordania.

El número de prisioneros ascendió a más de cinco mil, entre ellos 32 mujeres y 165 niños. Al menos mil 250 sufren detención administrativa.