Cambios en el mundo confunden la política exterior de Estados Unidos
Los mayores desafíos a los esfuerzos de Washinnton para contener a China y Rusia provienen nuevamente de sus socios emocionales, y de un debate sobre el condicionamiento de Biden a las reglas de no proliferación nuclear contra ganancias electorales.
Los mayores desafíos a los esfuerzos de Estados Unidos para contener a China y Rusia provienen nuevamente de sus socios emocionales, informó Bloomberg.
La agencia agregó que el presidente Joe Biden, quien una vez evitó a Arabia Saudita, invirtió su capital político en un acuerdo importante con el fin de normalizar las relaciones entre el Reino e "Israel", a cambio de garantías de seguridad de parte de Estados Unidos para el primero.
Preocupado porque el príncipe heredero Mohammed bin Salman recurrió a China para construir sus plantas nucleares, Washington considera formas de satisfacer la demanda saudita para permitir el enriquecimiento de uranio a nivel nacional.
Bloomberg agregó que esas conversaciones provocaron un agudo debate sobre el alcance de la capacidad de la Casa Blanca para adaptar las reglas de no proliferación nuclear y satisfacer a su aliado, el cual esta semana amplió su "colusión" con Rusia para apoyar los precios del petróleo, a pesar de las reiteradas peticiones de Biden, quien está dispuesto a reducir los costos antes de las elecciones.
También, habló el medio periodístico del papel de India, a quien Washington corteja como contrapeso político y económico a China, y que compra una gran cantidad de petróleo a Moscú, lo cual consideró un apoyo para Rusia.
Por otro lado, habló de Turquía, un aliado de la OTAN con estrechas relaciones con Putin, de quien dice es probable que las tensiones con él alcancen su punto máximo, en especial desde que EE.UU. derribó el jueves último un avión no tripulado sobre Siria, en un raro ejemplo de conflicto directo.
Para Biden, estas tensiones son un recordatorio de que los centros de poder globales están cambiando, y el cambio no está necesariamente a favor de Washington, concluyó Bloomberg.