Pugna interna dentro de grupo terrorista en Siria
El líder del Frente para la Liberación del Levante llevó a cabo la mayor operación de arrestos contra dirigentes de seguridad, militares y económicos dentro de la organización terrorista en Siria.
En un periodo de cuatro meses, el líder del llamado Frente para la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al-Sham), Abu Mohammad al-Golani, llevó a cabo la mayor operación de arrestos contra dirigentes de seguridad, militares y económicos dentro de la organización terrorista en Siria.
De acuerdo con fuentes de Al Mayadeen, el jefe del grupo armado los acusó de planificar un golpe militar en su contra en colaboración con agencias de inteligencia extranjeras.
Tales denuncias permitieron al-Golani eliminar a todos los competidores en su liderazgo y consolidar su control sobre la ciudad de Idlib, situada en el noroeste de la nación.
Más de 400 comandantes militares, de seguridad, así como autoridades económicas y financieras fueron encarceladas en prisiones bajo su jurisdicción.
El dirigente militar de otras facciones armadas, Faroq Abu Bakr, explicó que al-Golani intentó destituirlos, especialmente a Abu Maria al-Qahtani, cuando descubrió el complot con agencias de inteligencia extranjeras.
Según Abu Bakr, este último intentó presentarse como un sustituto de al-Golani y fue arrestado antes de poder formar una fuerza que representara una amenaza.
En este punto, al-Golani acusó a al-Qahtani de "colaboración y planificación de un golpe de estado en su contra con la ayuda de inteligencia occidental", allanando así el camino para transferir el control en Idlib a un consejo militar liderado por el desertor del ejército sirio, Manaf Tlass.
Tras el arresto de al-Qahtani, siguieron las detenciones a Khattab al-Haskawi, de las brigadas Zubair ibn al-Awwam y Mahmoud Jamal Dibbo de las Brigadas Omar.
El responsable ejecutivo en la ciudad de Sarmada, Shaddad al-Samni, también fue arrestado, mientras el encargado financiero de Hay'at Tahrir al-Sham, Abu Ahmad Zakou, logró escapar antes y anunció su deserción.
Por su parte, el periodista cercano a las facciones armadas terroristas, Aqeel Hussein, señaló que Abu Ahmad Zakour desertó porque percibió que su vida estaba en peligro tras la detención de su aliado al-Qahtani, sometido a torturas severas en prisión.
En este contexto, las tensiones persisten y surgen preocupaciones en las filas de los milicianos de lo que queda del llamado "Ejército Nacional", siendo una de las prioridades de al-Golani poner fin a esta facción antes de que crezca en poder.