Diplomática de EE. UU. advirtió consecuencias del respaldo a “Israel”
La exportavoz en idioma árabe del Departamento de Estado estadounidense, Hala Gharit, renunció a su puesto decepcionada tras enviar informes para alertar del daño a la credibilidad de su gobierno por la política prosionista ante la guerra en la Franja de Gaza.
La política de la administración de Joe Biden ante la guerra en la Franja de Gaza socava los intereses de Estados Unidos, desestabiliza el Medio Oriente y es, de hecho, una política fallida, aseguró la exportavoz en idioma árabe del Departamento de Estado, Hala Gharit.
En entrevista concedida a la Radio Pública Nacional estadounidense (NPR), Gharit detalló los motivos para su reciente dimisión, por su postura opuesta a la política de Washington hacia la guerra en Gaza.
Hasta donde se conoce, esta es la tercera renuncia dentro de la cancillería norteamericana a raíz de la situación en Gaza y el apoyo de EE. UU. al genocida “Israel”.
Gharit trabajó en el Departamento de Estado durante 18 años, y admitió ser sometida a “mucho silenciamiento” cuando intentaba trasmitir sus criterios sobre la posición de su Gobierno ante este tema.
"Me resistí, esperando intentar cambiar las cosas desde dentro”, reconoció en la entrevista, pero decidió no ser más parte del departamento y presentó su renuncia.
Según sus declaraciones, no hubo ningún momento concreto, decisivo, sino una acumulación de incomodidades, y sintió cómo se socavaba la credibilidad del país con esa política de dobles estándares seguidos por su Gobierno en la diplomacia en Medio Oriente.
“Ya no podíamos hablar de derechos humanos mientras nos permitiéramos matar a civiles”, reprochó la exvocera norteamericana.
Tampoco puede EE. UU. hablar de libertad de prensa cuando guardó silencio sobre el asesinato de más de 100 periodistas en Gaza, denunció Gharit.
De acuerdo con el relato de la exdiplomática estadounidense, ella escribió informes diarios al Departamento desde el comienzo del conflicto, durante muchos meses, para explicar cómo se veía a Estados Unidos en los medios árabes, cómo su popularidad disminuyó, y “se distorsionó nuestra imagen como asesinos de niños".
Tales alertas las envió de manera formal e informal, y aún cuando le impedían hacerlo, siguió en sus intentos de comunicar esos errores, confesó a la emisora la entrevistada, para quien “la política es la política”, sin importar los criterios o acciones del personal diplomático.
La esencia de su preocupación, reiteró Gharit, es que la ayuda militar incondicional de la Casa Blanca a la entidad genocida de “Israel”, “hizo imposible tener credibilidad alguna" en la arena internacional.
Otros dos funcionarios del Departamento de Estado dieron el mismo paso: Anil Shellen lo hizo un mes atrás, y Josh Ball en octubre.
Ambos dejaron claro su repudio a la postura de la administración Biden ante los crímenes de guerra en la Franja de Gaza, contrarios a los valores y leyes internacionales y de Estados Unidos.