El Sur Global ante las elecciones en Estados Unidos
Entre las experiencias democrática y republicana en la administración estadounidense, hay una constante fundamental: la visión imperial de Washington y su arrogancia cuando trata con los países del Sur.
Tanto los demócratas como los republicanos en Estados Unidos proyectan una visión imperial de sí mismos y una arrogancia en el trato con los países del Sur, con pocas diferencias entre los mecanismos para imponer su hegemonía y las herramientas para afrontar los riesgos internos.
A en este contexto, el sitio web norteamericano Foreign Policy in Focus consideró una posible victoria de la candidata demócrata, Kamala Harris, favorable para la mayoría de los ciudadanos de la Unión, pero considerar su proyección hacia el Sur Global mejor que la del expresidente Donald Trump merecería "una larga discusión”.
En un reportaje publicado este jueves, el escritor filipino Walden Bello calificó la ideología de ambos partidos como una "democracia misionera", según la cual consideran miserable al mundo no occidental, con tal de legitimar la expansión imperialista.
Tal ideología surgió durante el debate sobre la invasión de Afganistán en 2001, cuando ambos manipularon la histeria democrática para promover los fines del imperio.
De acuerdo con el analista, el 5 de noviembre se enfrentarán dos modelos de imperio, y el primero es la vieja visión expansionista democrático-republicana, empecinada en hacer del mundo una arena segura para el capital estadounidense y sus intereses.
La visión opuesta, en opinión de Trump y J.D. Vance, (su posible vicepresidente), es que el imperio se está expandiendo en exceso; y por eso sugiere una postura defensiva-agresiva, propia de una gran potencia en declive.
A juicio de Bello, el enfoque MAGA (Make America Great Again), ya pasó de ser un eslogan electoral a una doctrina nacional, y su propósito es desvincular a Estados Unidos de los "países de basura" (según Trump), o sea, la mayoría del mundo.
Ese aislamiento de América del Norte del mundo exterior implicaría restringir de modo radical la inmigración y el comercio, restaurar el capital estadounidense despilfarrador, y prescindir de "la práctica hipócrita" de ampliar la ayuda exterior o intentar exportar democracia, y sobre todo abandonar cualquier esfuerzo para detener la acelerada crisis climática global.
Con referencia al ejercicio de la fuerza, Bello consideró al enfoque MAGA muy similar al estilo israelí de dirigir periódicos ataques unilaterales contra enemigos seleccionados en el extranjero, con el fin de mantenerlos fuera de equilibrio, sin consultar a ningún aliado o preocuparse por los estragos derivados de esa política.
Ante tal escenario, el articulista considera un despropósito para el Sur Global alinearse con cualquiera de los dos modelos, porque ambos perjudican sus intereses.
Durante su primera campaña electoral, en 2016, el expresidente Trump lanzó el eslogan Make America Great Again, en referencia sobre todo a las crisis de inmigración, en un intento de vincular el declive de "la grandeza estadounidense" al multiculturalismo y la infiltración de inmigrantes.
Este lema se convirtió en una doctrina nacionalista estadounidense extremista, que apoya políticas para impedir a los musulmanes entrar a Estados Unidos y adopta un discurso de odio contra las minorías sociales e incita a la violencia.
Los partidarios de esa postura creen en una serie de "teorías de conspiración", como la dudosa procedencia nacional del ex presidente Barack Obama, y un supuesto macroobjetivo de reemplazar a los ciudadanos estadounidenses blancos con inmigrantes.