En Francia exigen juicio político contra el "presidente-monarca"
Miles de personas marcharon por las calles de París y otras ciudades francesas para exigir la dimisión de Emmanuel Macron.
Protestas masivas estallaron en toda Francia cuando el presidente Enmanuel Macron anunció este sábado una nueva administración encabezada por Michel Barnier como primer ministro, seis semanas después de una elección legislativa no concluyente.
La capital, París, fue testigo de la mayor manifestación, con casi 40 mil personas, según los organizadores de la marcha.
También se movilizaron en Lyon, Nantes, Marsella, Burdeos, Angulema y Estrasburgo.
En sus banderas y carteles, los participantes denunciaron al "gobierno de idiotas", y pidieron juicio político para Macron, además de su dimisión.
Algunos usaron máscaras de Macron adornadas con coronas, en referencia a las maniobras del mandatario para lograr un "golpe de fuerza" y convertirse en "presidente-monarca" con el nombramiento de Barnier.
Los furiosos manifestantes condenaron al nuevo primer ministro conservador, cuya designación fue posible solo al ignorar los resultados de las elecciones legislativas de julio.
En las protestas, los cánticos convocaron a la gente a protestar en todo el país contra la administración Macron-Barnier, y a proteger el derecho popular a elegir a sus líderes.
Según dijo a la prensa un manifestante, el pueblo nunca cederá ni aceptará esa toma de poder antidemocrática por parte del presidente; mientras otros consideraron ilegítimas las decisiones de Macron.
La votación de julio arrojó una clara ventaja para la alianza Nuevo Frente Popular (NFP), y sin embargo fue "designado" primer ministro a uno del grupo con la menor cantidad de votos, denunciaron los entrevistados.
Barnier, exministro de Relaciones Exteriores, de 73 años de edad, se desempeñó como negociador del Brexit para la Unión Europea, y como primer ministro en unas rápidas elecciones en las que su coalición centrista terminó en segundo lugar.
Por su parte, el izquierdista NFP, el partido político más grande de Francia y mejor votado en las elecciones de junio-julio, propuso como primera ministra a una economista de 37 años, Lucie Castets.
Macron rechazó la candidatura de Castets y provocó acusaciones de actuar contra la democracia y faltarle el respeto al pueblo al ignorar el éxito electoral de la izquierda.
De hecho, la designación esperada llegó con dos meses de atraso, en los cuales se ampliaron las diferencias políticas en un parlamento sin mayoría operativa, mientras el país lidiaba con crecientes problemas financieros y diplomáticos.
Además de lidiar con el descontento generalizado por su nominación, la nueva administración deberá enfrentar serios problemas políticos y una crisis fiscal de consideración.
Muchos expertos adviertieron, a la luz de estos sucesos, sobre lo difícil que será lograr la aprobación de nuevas leyes y medidas en un parlamento profundamente dividido y hostil al presidente por sus decisiones.