“Israel” mantiene bombardeos con fósforo blanco sobre Líbano
Este tipo de bombas están prohibidas internacionalmente en virtud de la Convención de Ginebra de 1980 y el “ejército” viola sin reparos estas disposiciones humanitarias con todo el conocimiento sobre el peligro que representa para la salud humana.
“Israel” lanzó el miércoles fósforo blanco y otros materiales prohibidos internacionalmente hacia los civiles en el Centro de Defensa Civil de la Autoridad Islámica de Salud en Beirut, Líbano, y dejó varios muertos y heridos.
La ocupación ignora las leyes internacionales y las recomendaciones de las Naciones Unidas y utiliza en su guerra todo lo prohibido y mortal.
Un último informe de la organización Human Rights Watch aseguró que “Israel” utilizó fósforo blanco en 17 localidades del sur del Líbano desde octubre de 2023.
Ese material nocivo se utiliza para marcar, señalar, oscurecer, o como arma para iniciar incendios que queman a personas, edificios, campos y el Medio Ambiente.
La Agencia Nacional de Noticias del Líbano ha informado de que en el reciente ataque israelí a Beirut se utilizaron bombas de fósforo blanco, prohibidas a nivel internacional.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 3, 2024
El fósforo blanco es conocido por sus efectos devastadores sobre la carne humana, ya que es muy soluble… pic.twitter.com/G9g4YVVm1F
La Convención de Ginebra de 1980 prohíbe el uso de esas bombas, pero “Israel” viola sin reparos estas disposiciones humanitarias.
¿Cómo afecta el fósforo a la salud humana?
Las afectaciones dependen del período de tiempo y el tipo de exposición al material. Cuando se expone a través de la ingestión, la inhalación, la piel o los ojos, los síntomas aparecen entre los primeros minutos y ocho horas después de adquirirlo y los efectos pueden ser tan graves que provocan la muerte en un plazo de 24 a 48 horas.
En ese lapso, la víctima experimenta un acelerado deterioro del estado de salud, en la cual se presenta falla en varios órganos del cuerpo, efectos severos en el sistema digestivo (vómitos, calambres y dolor abdominal), y en los riñones, hígado, corazón, vasos sanguíneos y el sistema nervioso central.
Los experimentos con animales demostraron que el fósforo blanco tiene una toxicidad aguda grave cuando se introduce por vía oral. Si la exposición se produce por inhalación, induce la irritación respiratoria y tos.
A través de la piel causa quemaduras graves, necróticas, de color amarillo y brillan bajo los rayos ultravioleta. También tienen un olor parecido al del ajo.
Si los ojos se exponen a los vapores de fósforo blanco, provoca una irritación severa y una sensación de arenilla en ellos. Además, ocasiona una producción excesiva de lágrimas, espasmos de los párpados y una mayor sensibilidad a la luz o fotofobia.
Las moléculas de fósforo también son cáusticas y provocan graves daños si entran en contacto con los tejidos. Puede ocasionar daños a la córnea, incluyendo la aparición de un agujero o inflamación dentro del globo ocular e inversión anormal del párpado.
Primeros auxilios ante la exposición a bombas de fósforo blanco
El tratamiento inicial después de la exposición al fósforo blanco es principalmente de apoyo, pues no existe medicación en caso de intoxicación y se trata según el tipo de lesión sufrida.
En caso de afectación en los ojos, la víctima debe retirarse inmediatamente del lugar, lavarlos con abundante agua fría durante al menos 15 minutos y cubrirlos con compresas húmedas para evitar que las partículas de fósforo blanco se vuelvan a encender.
Además, evitar aplicar cualquier pomada a base de aceite o grasa, pues puede aumentar la absorción del material nocivo y debe buscar atención médica inmediatamente.
En caso de exposición por ingestión es imprescindible garantizar que las vías respiratorias de la persona afectada no estén obstruidas.
No es aconsejable estimular los vómitos, aunque sí monitorear la presión arterial, los latidos cardíacos, respiración, niveles bajos de azúcar en sangre y oxígeno, así como el equilibrio electrolítico (hipoxia).
Ante cualquier evidencia de shock o presión arterial baja deben administrarse líquidos por vía intravenosa.