EE. UU. cambió su estrategia, de alto al fuego a escalada en Líbano
Después de semanas de intensa diplomacia destinada a procurar un alto al fuego entre “Israel” y la Resistencia de Líbano (Hizbullah), Estados Unidos decidió cambiar su enfoque y permitir una escalada del conflicto, analizó la agencia Reuters.
Después de semanas de intensa diplomacia destinada a procurar un alto al fuego entre “Israel” y la Resistencia de Líbano (Hizbullah), Estados Unidos decidió cambiar su enfoque y permitir una escalada del conflico, analizó la agencia Reuters.
Según recordó el medio estadounidense, Washington y París propusieron un documento 15 días atrás donde procuraban un alto al fuego inmediato de 21 días para evitar una invasión israelí a Líbano.
Ahora, los funcionarios estadounidenses retiraron esos llamados porque las circunstancias cambiaron, y esas modificaciones reflejaron objetivos contradictorios de la Casa Blanca: contener el creciente conflicto en Medio Oriente y al mismo tiempo debilitar de forma significativa a Hizbullah, respaldado por Irán.
Estados Unidos e “Israel” se beneficiarían de derrotar a un enemigo común, pero al alentar una campaña militar para lograrlo corre el riesgo de perder el control, valoró el medio.
A juicio de un exfuncionario del Departamento de Estado norteamericano, John Alterman, la Casa Blanca quiere ver débil a la Resistencia, pero el riesgo es crear un vacío en Líbano o provocar una guerra regional.
Desde su perspectiva, la lógica detrás de las acciones de Washington parece ser: "Si no se puede cambiar el enfoque israelí, es mejor tratar de dirigirlo de manera constructiva".
Otro funcionario entrevistado por la agencia, el exnegociador para Medio Oriente Aaron David Miller, no ve muchas esperanzas a la Casa Blanca de frenar a “Israel”, y decidió “hacer de la necesidad una virtud" y sacarle beneficios potenciales al proceso.
La agencia coincidió en una posible influencia de Washington en su aliado para limitar la respuesta al ataque con misiles balísticos llevado a cabo por Teherán la semana pasada.
Por otra parte, fuentes europeas familiarizadas con el asunto ratificaron que no hay verdaderas conversaciones de alto al fuego en este momento, y mientras tanto, los israelíes presionarán para continuar su operación en Líbano durante semanas, si no meses.
A criterio de Reuters, Estados Unidos puede obtener al menos dos beneficios de la campaña israelí: debilitar a Hizbullah para limitar la influencia de Teherán en la región, y reducir la amenaza para las tropas propias y de sus aliados en la región.
Washington cree que la presión militar puede obligar a Hizbullah a deponer las armas y allanar el camino para la elección de un nuevo gobierno en Líbano, pero esto es muy difícil de lograr, a juicio del exfuncionario del Pentágono Jonathan Lord.
El miembro del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, radicado en Washington, valoró el alto número de libaneses “preocupados” por el peso de la Resistencia en el escenario nacional.
Sin embargo, Lord no aplaudió el cambio impuesto mediante una campaña extremadamente violenta, citó Reuters.
Además, hay funcionarios estadounidenses optimistas con la idea de dar curso a conversaciones con las partes para lograr estos objetivos mientras continúan los combates, aunque muchos analistas advierten sobre el riesgo de una guerra más amplia, pendiente de la respuesta sionista al ataque de Irán con misiles.
Más allá de la posibilidad de una guerra que puede atraer a Estados Unidos, existe el temor de ver a Líbano convertido en otra Gaza, agregó Reuters, en tanto es poco probable detener los combates a corto plazo por la vía diplomática.
Como explicó el líder del Programa de Medio Oriente en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, John Alterman, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ve el fruto de todas sus apuestas encaminados, y es muy difícil convencerlo de no aprovechar esa ventaja.